domingo, 17 de noviembre de 2013

TEATRILLO PORNO

I:

Siendo chavalín, en medio de un botellón con compañeros de la facultad, un chico al que yo no conocía de nada se envalentonó y tras varios cubatas comenzó a contarnos intimidades sexuales.
Relató con detalle un montón de guarradas que hacía a su novia y otras tantas que su chica le obsequiaba... de todas ellas destacó el polvete que presúntamente habían echado el finde anterior, durante el cual él se había puesto una máscara porque (según confesó) "a su novia le daba muchísimo morbo aquello..."

Aquel chico terminó la noche vomitando en una esquina... ajeno al hecho de que sus historietas sexuales no caerían en saco roto: a partir del lunes sus colegas comenzaron a llamarle "El Guerrero del Antifaz".





II:

Hace años salí un par de veces con una chica que trabajaba de agente de seguridad en un polígono industrial.
Me contó que tuvo un novio policía y que a ambos (durante el tiempo que salieron) les molaba bastante hacerlo uniformados y montarse sus películas antes de ir al catre...

Una vez me propuso ponerme las esposas pero eso jamás me ha gustado así que rechacé la oferta. Al parecer me estaba tanteando, aquel "no" debió de sugerirle que conmigo no podría llevar a cabo sus fantasías más recurrentes.

Después de aquella noche solo volvimos a vernos una vez más y después creo que comenzó a salir con alguien de su pueblo, un chico muy aficionado a la caza propietario de una gran escopeta.



III:

Hace muchos muchos años, durante varios meses, estuve ganándome un dinerillo trabajando en una actividad comercial de venta a domicilio.
En aquel tiempo muchos amigos me preguntaban si no pasaba como en las pelis porno, si me recibía alguna ama de casa semidesnuda con ganas de mambo... pero no, supongo que esa leyenda encaja más con rudos fontaneros, virginales testigos de Jehová o sudorodos butaneros.

El caso es que en aquel trabajo jamás me vi envuelto en ninguna situación mínimamente sexual, pero desde entonces, alguna de las ocasiones que he comentado a una chica esa parte de mi pasado me han acabado pidiendo que imite para ellas en la intimidad el proceso de la "venta".

En el par de años siguientes a dejar aquella actividad lo hice en tres ocasiones. Aún tenía relativamente fresco el guión de nuestros "allanamientos de morada" y recordaba bastante bien cada frase, cada gesto, cada respuesta mecánica en caso de negativa por parte de la clienta...



Fueron unas representaciones de lo más cómico y todas ellas inevitablemente derivaron (gracias a la complicidad de las "clientas") en un juego de dobles sentidos, indirectas, acercamientos y frases más propias de fantasías porno caseras... finalmente el producto era vendido y mi papel de comercial en el sofá culminaba con la ansiada transformación en butanero camino del dormitorio.

Pero los años pasaron y acabé olvidándome tanto del guión (había frases verdaderamente hilarantes) como de aquella liturgia que conseguí llegar a tener tan bien mecanizada.
Por puro abandono y no poca pereza, jamás he vuelto a hacerlo.


Curiosamente, hace unas pocas semanas encontré (estaba perdida por casa) una carpeta con varios documentos de la época: apuntes, borradores de contratos, tests de opinión, manuales sobre cómo cerrar aquellas ventas, listas de precios, hojas de evaluación...

Echando un vistazo al contenido de la carpeta me reí una barbaridad recordando anécdotas de mi paso por tan infame empresa, así como del par de usos "extralaborales" y erótico-festivos que pude hacer del entrenamiento y teatrillos con aquellas chicas en sus casas.
Aquel empleo fue bastante penoso pero aunque solo sea por esto último deberé estarle (en cierto modo) agradecido.

De hecho no guardaré la carpeta en un lugar demasiado escondido, por si acaso...




22 comentarios:

ivan dijo...

Riffic:

Está bien lo de ponerle imaginación pero a mí me ha tenido un poco aburrido lo de no encontrar gente sexualmente "normal"

A veces parece que más que disfrutar el sexo nos sumergimos en un extraño pique sobre quién es el más depravado, follar se acaba convirtiendo en una demostración de fuerza.

Anhelo tanto la normalidad :)

Un abrazo

Mr. Rific dijo...

IVAN: Yo debo confesar que los casos descritos en esta entrada han sido excepcionales. La mayoría de la gente que me he cruzado no ha sido tan "fantasiosa"... o si lo han sido se lo han callado.
Opino que la "normalidad" predomina sobre la charada sexual, pero como bien dices quizás a uno le acabe poniendo más justo lo que menos practique... ;)

Enol dijo...

Yo no dejaría a un desconocido/a que me pusiese unas esposas. Quizás es que he visto demasiadas películas, y esa escena siempre termina mal.

Mr. Rific dijo...

ENOL: Algo de eso hay, no creas... es una situación que me agobiaría demasiado, incluso si me las pusiera alguien conocido!!! :)

Coccinellidae. dijo...

Jajaja en su día también me negué a las esposas...y qué bien hice! Las esposas se las acabó poniendo él solo por demostrarme que no pasaba nada y tuvo que romperlas porque no encontraba la llave para abrirlas. Eran de juguete pero no como suelen ser ...que tienen un pestillito que aprietas y se abren, no, necesitabas las llaves, menos mal que eran algo chorras y se pudieron desmontar con un poco de fuerza y alguna herramienta. Yo me habría puesto como una loca...salía el útlimo bus para mi casa en poco tiempo y no habría podido evitar un ataque de ira/ansiedad. Así que toma nota:nunca te dejes poner esposas que no sean las típicas para esos juegos :P

Mr. Rific dijo...

COCCINELLIDAE.: Creo que no me dejaría poner ni siquiera esas de plasticucho que van con el típico conjunto infantil de policía o sheriff de Kansas City... padecería la misma ansiedad que sugieres.
Lo de la máscara en cambio ya no sabría qué decirte, pero sin unas cuantas copas entre pecho y espalda lo veo complicado, me conozco y sé que acabaría acordándome del Tarado de "Pulp Fiction" y no, no, no, así no... :P

Unknown dijo...

Recuerdo siendo adolescente, y trabajando de repartidor de pizzas, que me abrió la puerta una chica espectacular en ropa interior y pose sugerente. La conversación fue bastante calentita, y cuando abrió totalmente la puerta para que pasara, pude ver a un tipo en calzoncillos en la cama, con cara expectante.
Preferí retirarme, no me gustan las pizzas tamaño familiar, sobre todo si no tengo claro como se van a repartir los ingredientes.

Mr. Rific dijo...

TORPE MÁN: ¡Muy buena anécdota! La verdad es que aquello de visitar tantos hogares (tan distintos) a la semana era una aventura constante y te encontrabas de todo.
Tuve mala suerte en ese aspecto (alegrar la vista aunque fuera) ya que trabajé durante el crudo invierno y me recibió poca gente ligerita de ropa... quizás me ahorré incidentes como ese tuyo con el pepperoni :P

Unknown dijo...

Es que ahora parece que hay que hacer circo, maroma y teatro, para el sexo. No se, yo que creo que si le pondría esposas a alguien, pero no dejaría que me las pongan y supongo que no seria justo. Al contrario Rific, si trabajaste de ventas de casa en casa en época de frío, no hubiera sido más fácil que alguna clienta te pidiera entrar en calor o algo así?

Mr. Rific dijo...

AKATOWARI CHAN: Mmm sí, que me lo pidieran podría llegar a darse... pero que me recibieran en paños menores con la que cae por estas tierras en invierno, ya es más difícil :)
Yo creo firmemente en las fantasías fuera del dormitorio, pero dentro de él cuanto más realista y plenamente consciente se sea, mejor.
Y mejor tener las manos libres, ¡por supuesto!

Pio dijo...

Lo de las esposas no lo he probado, pero vamos creo que tampoco me haría mucha gracia.

En mi curro eventual,algo parecido al que cuentas, nunca me he encontrado una situación de ese estilo que se me insinuasen, algún piropo y poco más, pero hay cierta gente que no tiene mucho decoró y poco respetuosa y da palo la verdad. Unos compañeros (un chico y una chica) que coincidieron con la misma clienta un tiempo, cuentan que se les aparecía en la puerta en tanga y camiseta mínima, luciendo cuerpazo y era incómodo y algo cómico.

Mr. Rific dijo...

PIO: Se ve que lo de las esposas ha calado entre la audiencia y que la mayoría opinamos parecido... ¡somos una panda de sosos!

Es cierto que hay mucha gente recelosa cuando un extraño pretende entrar en su casa, en cambio hay otros tantos que lo primero que hacen es ofrecerte una cerveza, un cigarrillo... y de ahí a que crucen las piernas en plan "Instinto Básico" en el salón solo media un paso :)

Coccinellidae. dijo...

Joder en vaya cosas te pones a pensar! Las máscaras tienen que estar bien sí y las ataduras también pero que se puedan desatar sin llaves por el amor de Thor!
Sois una panda de sosos la verdad, tienes razón. En la habitación y fuera de ella cualquier juego es válido si ambos desean jugarlo claro! Pero ciertamente he conocido a pocos que les diera la cabeza para estos juegos...perdón ...las cabezas!

Mr. Rific dijo...

COCCINELLIDAE.: A mi ya puestos me molaría (en caso de necesidad) adaptar algún juego de mesa clásico estilo Monopoly, Cluedo, Hundir la Flota, Risk, etc... a cuestiones eróticas.
Porque de cartas alguien me contó una vez algo acerca de jugar al "Strip-tute" (o quizás fuera "Strip-cinquillo") y creo que resultó un pelín desastre... :P

La Maripili dijo...

Riffic por favor! nunca debes desestimar el poder de un buen par de esposas! o en su defecto, cuerdas...

Mr. Rific dijo...

LA MARIPILI: Visto lo visto tendré que probarlo, pero si fuera posible elegir preferiría debutar siendo sujeto activo de ese juego... quizás después me anime a más :P

Jessica V. dijo...

He leído todo el post con una sonrisilla en la cara todavía por lo del Guerrero del Antifaz :)



Mr. Rific dijo...

JESSICA V.: ¿Acaso porque te ha tocado vivir (en primera persona) alguna experiencia similar? :)

La Maripili dijo...

vale Riffic, yo compro ejejeje

Mr. Rific dijo...

LA MARIPILI: ¿Todos los tomos? Por vender semejante lote sé de muchos en aquella empresa que se dejarían atar, esposar... y sí, lo que estás imaginando también ;)

sistersoul dijo...

el mismo efecto surte con una cinta de un albornoz...y no te hace daño en las muñecas ;-)
cuanto daño ha hecho el señor grey ese :-)

Mr. Rific dijo...

SISTERSOUL: Nada, que ni con el material más suave (o calentito, con la que está cayendo ahora mismo) se me puede convencer... ¡no me gusta la idea!
Pero bueno, antes de Grey ya existía "9 semanas y media"... y antes las "Historias de O"... y antes el Marqués de Sade... lo que pasa es que no tuvieron la visión comercial de lanzar su producto en forma de trilogía ;)