miércoles, 26 de marzo de 2014

"CENA CON DIAMANTES"

Tengo concierto en el auditorio, llego con el tiempo justo procedente del curro... aparte de la entrada llevo conmigo un bocata para cenar algo en el intermedio.
El ambiente en el auditorio es bastante elitista, demasiadas falsas apariencias. Mucha gente se mata por acceder a la barra para tomar una copita de espumoso y sentirse como el matrimonio Boyer-Preysler por un día.
En esos casos suelo pedirme un botellín de Mahou y hacer tiempo observando el panorama desde la esquina vestido con los habituales vaqueros y camiseta negra.

Pero esta vez me muero de hambre así que para evitar a la aristocracia de mi ciudad el bochorno de verme zampando salchichón por tan relucientes esquinas, decido adentrarme por un largo pasillo y cenar tranquilamente al fondo, lejos del bullicio.

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Al tercer bocado comienzo a escuchar el sonido de un violín procedente de un hueco que da a la planta inferior... me asomo y veo a una chica de la orquesta, de aspecto eslavo, practicando un poco antes de unirse al resto de compañeros para atacar la segunda parte del programa.
De repente me siento como Audrey Hepburn en "Breakfast at Tiffany's", observándola boquiabierto con el bocata en la mano durante tres largos minutos...

Termina de tocar y aplaudo, ella levanta la vista, me descubre y comienza a reirse... después me lanza un beso con la mano y desaparece por la puerta de acceso al escenario.

Sí, creo que ahora entiendo mejor de qué iba esa peli...


miércoles, 19 de marzo de 2014

"Cadáveres Insepultos"

Me acosté con ella en verano, ninguno de los dos encajó bien la experiencia... a los cinco minutos de acabar no encontré ningún motivo para quedarme a su lado y ella no movió un solo dedo para retenerme.
No hemos vuelto a vernos.

Un mes después me envió algunos mensajes preguntando qué tal todo... si yo seguía yendo al bar donde nos conocimos (ella no había vuelto, supuestamente "avergonzada"), si por fin me había decidido a querer "algo más" con alguien, etc...

Curiosidad morbosa, simple cotilleo, ninguna intención de volver a quedar.

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Hoy vuelve a asomar, lo hace con las mismas preguntas de meses atrás, un test tan jodido como rutinario: si estoy con alguien... si sigo abordando chicas en tugurios... que por qué no siento cabeza...


Pero hay algo diferente, me pregunta si estoy libre un día de estos para tomar un café o irnos de pinchos.

No me ha gustado que me sermonee con su cuestionario previo así que decido averiguar sus verdaderas intenciones a estas alturas de la película... sugiero que estaría bien regresar al lugar del crímen, tomar algo en el bar donde nos enrollamos... ella se ríe pero acepta al instante.

Coquetea, se muestra extrañamente nostálgica rememorando nuestro incidente veraniego, quizás el paso del tiempo haya jugado a mi favor, a lo mejor se ha olvidado de que realmente no le gusto...

Su repentino interés es tan sorprendente como contagioso, le confieso que me gustaría repetir la experiencia en un nuevo escenario, con otras circunstancias... su respuesta me deja de piedra: "¿pero por qué todos me queréis solo para eso?", exclama.

De repente recuerdo mis prisas del pasado verano para salir pitando de su casa.
"Bueno -contesto- no sé qué te habrá pasado últimamente con otros chicos pero no seré yo quien asuma culpas ajenas... sin duda te malinterpreté: hoy me saludaste de manera casta, desinteresada... y yo aquí en cambio tratando de llevarte nuevamente al huerto... ¡soy lo peor!"

Creo que ahora ella recuerda las razones por las que me retiró la palabra durante seis meses... se hace otra vez el silencio, uno definitivo.

Quizás mañana pregunte (adjuntando un par de iconos sonrientes) si sigue en pie lo del café... o los pinchos.