miércoles, 22 de mayo de 2013

Rific Weekend -1ª parte- "VIERNES LOCO"

Es viernes, hoy no tengo nada que hacer pero me despierto igualmente temprano. Arranca un fin de semana interesante ya que para mañana sábado tengo "plan".
Por lo demás, nada de nada. 

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"Sesión de Matiné"

Me conecto a Internet y asoma cierta vieja amiga, la protagonista de una entrada del pasado verano titulada "Fruta Prohibida", una chica casada con la cabeza hecha un lío con la que he quedado un par de veces pero solo he conseguido algunos besos y unos pocos magreos.
Vive en un pueblo y me dice que va a bajar a mi ciudad para hacer unas compras, que si me apetece tomar una caña en el bar de siempre.
Sé perfectamente lo que eso significa, así que acepto.

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En el bus camino del bar (está en el quinto coño, un lugar muy apartado y discreto) escucho el nuevo disco de My Bloody Valentine, recién publicado... mi cerebro entra en un extraño bucle, prácticamente enloquece.

Llego quince minutos antes que ella, pedimos y nos vamos a la esquina habitual, un rincón donde somos invisibles para el resto del bar y la luz de los ventanales no nos alcanza... un punto ciego y oscuro.
Hasta la segunda caña no se anima la cosa. Nos besamos con hambre y fiereza, perdiendo la noción del tiempo... meto mi mano bajo su ropa y acaricio sus pezones. Ella duda así que agarro su mano y la meto dentro de mi pantalón, me la sujeta durante medio minuto palpándola al detalle... pero recula, libera su mano y me empuja reprendiéndome el atrevimiento, con una media sonrisa.

La tregua no dura demasiado, con la tercera caña ella pone la pierna sobre mi regazo y yo aparto su tanga con mis dedos haciéndole una especie de paja... un ruido cercano en el bar sobresalta a mi amiga y dando un respingo decide poner fin al numerito.


No hay manera de convencerla para que rematemos la faena en alguna otra parte, pone excusas para irse en menos de cinco minutos: aún tiene que comprar aquello... volver al pueblo a tiempo para buscar a las niñas al cole, hacer la comida...

Nos despedimos furtivamente y pillo el bus de vuelta a casa a las 13:30. Retomo el disco de My bloody Valentine, reconozco que ahora yendo medio pedo (y con una gloriosa erección) suena bastante mejor que antes.

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"Sesión de Vermouth"

Después de comer sigo dando vueltas al incidente matinal. Llego a la conclusión de que jamás me acostaré con esa chica, que lo más que está dispuesta a hacer es "eso"... y punto.
Pero yo sigo estando cachondísimo.

Consulto la agenda de mi móvil en busca de alguien... no tarda mucho en aparecer el nombre de Olga, una chica con la que quedé un par de veces el año pasado, pero sin suceder nada. Era muy estirada, muy a la defensiva, con el NO escrito en la frente desde el mismísimo arranque del partido... envío un mensaje proponiendo tomar un café a primera hora de la tarde.

Para mi sorpresa no tarda nada en contestar y lo hace afirmativamente. "Nos vemos a las cinco donde la última vez", responde.

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Camino de esa cita cambio de disco, ahora suenan en mis cascos Triángulo de Amor Bizarro... más leña al fuego de la locura.

Olga llega antes que yo y al igual que el par de veces anteriores que hemos quedado ni siquiera sonríe al verme, su gesto es tan seco que nuevamente invita al desastre, pero yo estoy desatado y vengo dispuesto a saltarme todos los pasos que pueda dictar la lógica.
Hola, dos besos, muá muá, ¡cuánto tiempo! ¡qué guapa te veo!, bla bla bla...

No tardo en preguntarle qué tal le va últimamente con los chicos, si tiene alguien por ahí... ella dice que no, aparenta falta de interés en la cuestión pero yo me acerco cada vez más y ella no retrocede.

Creo que aún no se me ha pasado la euforia etílica de las cañas mañaneras, tengo la mano suelta, me tomo familiaridades a la hora de tocarla, incluso acariciándola... por primera vez la veo relajada, por momentos sonríe, susurro cosas a su oído, le cambia el tono de la voz, se une al coqueteo... no tardo en besarla en la mejilla, no se molesta, insisto y alcanzo su boca... me lo devuelve.

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Le digo que es una pena no poder estar en un sitio más privado, ella se queda en silencio pensativa y al cabo de un minuto me comenta una posibilidad.
En el mismo portal de su casa sus padres tienen otro piso alquilado a estudiantes: "los findes suelen irse fuera, todos ellos son de pueblos de la provincia y rara vez se quedan..."

Continúa diciendo que podría pillar las llaves para que subiéramos un rato, lo comenta de manera inocente, como si esta fuera a ser la primera vez que lo hace... yo me dejo engañar.
Salimos del bar, vamos a su casa, en lo que sube espero en el portal, cinco minutos después regresa con las llaves del piso de estudiantes.

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Entramos y ni siquiera comprueba que pueda haber gente, avanza con seguridad. Me lleva a una pequeña salita donde solo hay un viejo tresillo y una televisión.
Mientras nos desnudamos me imagino al grupo de jóvenes inquilinos ahí tirados viendo partidos de champions, pegando gritos, bebiendo cerveza...

Olga me sienta en el tresillo, me la empieza a chupar, veo nuestros cuerpos reflejados en la pantalla negra del televisor.
Pregunto cómo quiere hacerlo y me dice que se la meta desde atrás, sube las rodillas al tresillo y apoya los codos en el respaldo, yo me pongo de pie detrás y comienzo... mientras embisto agarro sus pechos, tenemos la ventana delante, a través de ella se ve la calle y para mi sorpresa descubro la entrada de una tienda de ultramarinos donde mi abuela me llevaba de niño.


No puedo evitar seguir dándole vueltas al numerito vivido pocas horas antes con la casada, me excito recordando el olor de su coño, acelero mi ritmo agarrando las caderas de Olga... pero me corro pensando que se lo estoy haciendo a la Fruta Prohibida.

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Olga se va esta noche con unas amigas de viaje a Asturias, a pasar el finde. Nos despedimos sin ceremonias para que le dé tiempo a prepararse antes de que pasen a buscarla.

Regreso a mi casa y antes de entrar miro el reloj, sonrío al descubrir que apenas son las seis y media de la tarde.
Tan sorprendido como aliviado.

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"Sesión de Noche"

Tomo un zumo, me ducho, me preparo y salgo hacia la casa de un amigo. El plan es sencillo: preparar unas pizzas y ver por internet el partido de baloncesto Bilbao - Gran Canaria de la copa del rey.

Apuesto por la victoria de los negros pero ganan los amarillos. Acabo tan hinchado de pizza que después (casi a medianoche) camino de mi casa noto pinchazos en la tripa.
Ya a punto de alcanzar mi portal me cruzo con Susana, va distraida tecleando el móvil así que soy yo quien llama su atención.

Susana y yo como mucho nos vemos un par de veces al año, casi siempre con fines sexuales y (por ambas partes) en caso de aburrimiento o desesperación extremos.

Sonríe maliciosamente al verme, me reprocha (como siempre hace) que desaparezca tan descaradamente después de todos nuestros encuentros, "cuánto hace desde la última vez, ¿fue en octubre?", dice.
Pido perdón y ofrezco enterrar el hacha de guerra tomando algo en la cervecería más cercana, rechaza mi oferta porque quiere pillar el bus hasta casa, por lo visto no tardará en llegar, bla bla bla... el resto de la conversación tiene lugar sentados en el bar más cercano a mi casa.

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Susana es fanática del equipo de fútbol de mi ciudad, comenzamos a charlar sobre lo bien que lo están haciendo este año, la falta de rendimiento de ciertos jugadores así como la agradable sorpresa de otros tantos... saco el tema de un partido que vimos juntos dos años atrás, inevitablemente la conversación deriva hacia lo que sucedió después del pitido final.

Recordamos algunas de nuestras citas: la vez que dejó tirada a un chico para irse conmigo a un parque, el cachi de calimotxo que me tiró encima el día que nos conocimos, el frío que pasamos una tarde de verano en mi casa, el (horrible) gel de coco que me echó en la ducha de su casa...

Una cosa lleva a la otra. Nos calentamos, salimos del bar y bajamos a mi garaje.
Ella ya había estado una vez, recuerdo que en su día protestó bastante por las condiciones "imposibles" del lugar... ahora se muestra excitada a pesar de las corrientes de aire, el ruido del agua fluyendo por las tuberías, la humedad de las esquinas o el eco de las pisadas.


Vamos a la esquina más remota y en un hueco entre dos coches lo hacemos de pie. La pesadez de la pizza ralentiza mis movimientos, me parece oir un estruendo en la planta superior, un coche entrando o saliendo... el ruido se aleja, falsa alarma, yo sigo empujando, observando la sombra de Susana reflejada en la pared.

Es curioso, me gusta más su sombra que ella, me concentro en la silueta oscura, acelero el ritmo... y de repente me viene a la mente una foto que me han mandado por correo diez días antes, una playa del sur, una chica con rostro bronceado, sonrisa perfecta, gafas de sol... cierro los ojos y viajo hasta esa playa, me acerco a la chica caminando sobre la fina arena, le quito las gafas de sol, me acerco más...

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Subimos el ascensor y nos despedimos en el portal. "Al final te da tiempo a pillar el búho de las dos", bromeo.

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Entro en mi casa, me desvisto, me tumbo en la cama, apago la luz y resoplo al darme cuenta de todo lo que ha dado de sí este viernes.
Mi mente sigue en la playa de la foto, me entran ganas de masturbarme pero no cedo a la tentación. Ya he eyaculado bastante por hoy... y mañana he quedado a las diez de la mañana con otra chica, la que iba a ser primera (y única) cita del finde.

Pongo la alarma/despertador de mi móvil a las nueve. Cierro los ojos y la brisa del mar me arrulla en buena compañía.

(Continuará)

-Pinche aquí para ver el desenlace-


miércoles, 15 de mayo de 2013

BONO DESENCADENADO (What more, in the name of love)

Me gusta U2, de hecho me siguen gustando pero sin la pasión que me despertaron allá por los lejanos tiempos de "Achtung Baby".

Acabo de pasar delante de un bar, en la pantalla tenían puesto el DVD de la película "Rattle & Hum" y me han venido a la mente muchos recuerdos de aquella época.

Yo tenía grabado en VHS un mítico concierto de la banda irlandesa en Sydney, de su gira de 1993. En su día lo vi un montón de veces, qué coño: ¡me lo sabía de memoria!

Una de mis partes favoritas era aquella en la que Bono cantaba "Tryin' to throw your arms around the world" paseando por la larga pasarela sujetando una botella de champán... a la mitad de la canción saca a una chica de entre el público, comienza a agitar la botella y como si acabase de ganar un gran premio de Fórmula 1 la descorcha poniéndose ambos perdidos de líquido espumoso.

Una ducha, un bautismo... una eyaculación.

El vídeo del momento en cuestión (a partir del minuto 1:31 arranca la escena) es el siguiente:




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Años después de aquel concierto yo me encontraba en una fiesta estudiantil en casa de mi colega Alberto. Habíamos liquidado varias botellas y la cosa se estaba desmadrando por momentos... en uno de ellos agarré unas gafas negras grandes de plástico (que estaban abandonadas sobre la mesa de la cocina) y me las puse... mi primera impresión tras verme reflejado en el espejo del pasillo fue la de haberme convertido en un intoxicado vendedor de cupones, pero mi amigo Jaime en cuanto me vio aparecer por el salón comenzó a exclamar: "¡Bono, Bono... es Bono! ¡Cántanos algo Bono!"

Dicho y hecho. Sujetando mi vaso de plástico me subí a una silla y canté algún clásico de U2 imitando los gestos y falsetes de Bono, ante el cachondeo generalizado...

Hasta que de repente una chica allí presente (a la cual yo no conocía de nada) cometió un gran error. Se acercó a mi estrado agitando los brazos imitando a una fan, "¡Bono, Bono!", gemía fingiendo histeria burlona... Jaime puso una canción de U2, "mysterious ways", salté de la silla, me puse a su lado para canturreársela al oído... y se me cruzó un cable.

Queriendo llevar la imitación al extremo, agarré una botella de Sidra El Gaitero, me planté delante de ella agitándola, quité el tapón... y la empapé entera.

A ella, a mi, al sofá, la mesa, el espejo, el armario, el techo, a los primos de Alberto...



A diferencia de aquella que saltó al escenario en Sydney durante la gira de 1993, la chica de mi fiesta no se lo tomó nada bien. Recuerdo perfectamente que me quiso sacudir, logré esquivar una hostia antes de que sus amigas (todas ellas muertas de la risa) la sujetaran llevándosela posteriormente al servicio para acicalarla.
El resto de la noche salí con esas gafas puestas, no me las quité para nada, adopté la personalidad del Bono más histriónico y probablemente me gané algún que otro susto, pero por suerte salí de rositas.

Aún conservo esas gafas, acumulando polvo en el fondo de uno de los cajones de mi escritorio...

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Los años siguientes me crucé varias veces con la chica de la fiesta, en bares y por la calle. Jamás me dirigió la palabra, miraba hacia otro lado o cambiaba de acera.

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Dos años después del incidente acudí a una fiesta en una residencia universitaria. Nuevamente me pasé un poco de rosca. En la sala principal actuaba un grupillo de rock estudiantil, tocaban versiones de muchos clásicos de los 70 y 80.
Cuando empezaron con los primeros acordes de "Sunday bloody sunday" salté al escenario para acompañar al cantante... el chaval al principio se hizo a un lado cediéndome el protagonismo, finalmente abandonó la tarima despavorido.

El compañero de clase que allí vivía me dijo que hubo un par de momentos durante la canción en los que... di miedo.
Su influencia no pudo evitar que a la mañana siguiente me declarasen persona non grata en aquella residencia.

Desde entonces tengo al espíritu de Bono bastante controlado, solo se ha manifestado en un par de inolvidables San Patricios.