miércoles, 23 de septiembre de 2015

ENTREMÉS -Damas de Honor-

Uno de mis mejores amigos se casa por todo lo alto. Tres días antes de la celebración me comenta que la orquesta que tocará en directo tras el banquete le dejará a él y sus otros colegas aficionados a la música dar un mini-concierto durante el baile, me pide que participe cantando "Today" de Smashing Pumpkins.

"Estúdiala bien de aquí al sábado, eh", desliza guiñando el ojo...
"Descuida -acepto el desafío- esa canción lleva veinte años grabada a fuego en mi memoria, eso sí... hay ciertas notas a las que ya te advierto que no llego ni con la barra libre de por medio!!!"

-   -   -   -   -   -   -   -   -   -

La mañana de la boda, mientras me ducho en el hotel, "ensayo" por primera (y última) vez la canción.

Vamos a la Iglesia. Durante los meses anteriores, entre los amigos del novio, se había propagado cierto rumor: "las amigas solteras de la novia no nos tocarían ni con un palo"

Todas ellas ejercen de "Damas de Honor" y tras echarles un primer vistazo, a pesar de no conocerlas de nada, distingo en casi todas una indisimulada altivez que sin duda fundamenta la citada rumorología.
La mayoría no solo no nos tocarían ni con un palo... ¡ni siquiera nos mirarían de reojo!

De hecho así sería durante toda la ceremonia religiosa, cocktail de recepción, comida y baile.

-   -   -   -   -   -   -   -   -   -

Ya llevamos bastante rato de bailoteo y han caido unas cuantas copas. Mi amigo sube al escenario, agarra la guitarra eléctrica y ataca el "Blitzkrieg Bop" de los Ramones.
A continuación comienza a sonar la intro del "Here I go again" de Whitesnake y me pide que suba a acompañarle intercambiando estrofas al micrófono.

Llega la esperada "Today", cumplimos el expediente y tras abandonar el escenario me invitan de nuevo a subir para participar en el resto del setlist: "Carrie" de Europe, "Space Oddity" de David Bowie y el final mitad apoteósico, mitad vergüenza ajena, con "Sweet child of mine" de Guns n' Roses.


Voy lo suficientemente pedo como para pasar por alto cualquier desliz vocal, me limito a disfrutar haciendo el tonto con mis amigos sobre el escenario, recreando poses, dejándome llevar...

-   -   -   -   -   -   -   -   -   -

Finalizado el concierto voy directo a la barra para pedir otra copa. Una de las más altaneras amigas de la novia está sentada en una butaca y con un gesto de la mano llama mi atención, "Rific, ven un momentito", dice.
"¿Sabe mi nombre? -pienso- qué raro..."

"¿Sí?", me inclino hacia ella.
"Que sepas Rific que me ha gustado mucho cómo has cantado al principio, eso sí... luego... al final del todo... ya no me ha gustado tanto", dice.
"Bueno mujer, no deja de ser una cosa improvisada hecha para divertirnos y que el novio disfrute -comento-, ya imagino que los berridos de la última canción habrán sido lamentables, pero si intentas imitar a Axl Rose en medio de una boda, además borracho... ¡lo raro es que salga bien!"

La Dama de Honor me mira frunciendo el ceño, se queda callada... ¿sabrá quién es Axl Rose?
"Bueno -prosigo- si por un casual hacemos un segundo pase más tarde no nos juzgues muy severamente...", levanto mi copa y sonriendo regreso donde mis amigos.

-   -   -   -   -   -   -   -   -   -

Un par de copas después estoy hablando con mi amigo Pablo y una amiga de la novia se cruza en nuestro camino, Pablo la agarra del brazo y le pregunta quién está "libre" en la boda, si nos puede presentar a alguna soltera, etc...
La chica inmediatamente va a la barra del bar y toca el hombro de la imperiosa dama de honor que antes tuvo a bien compartir conmigo su juicio del miniconcierto.

Nada más girarse, sin darse cuenta de que era Pablo quien esperaba ser presentado, me dedica una orgullosa mirada y sin hacer caso a la amiga se me acerca y dice: "Vamos a ver Rific, que tú y yo ya hemos hablado todo lo que teníamos que hablar..."
No doy crédito a lo que estoy oyendo. "¿Perdón?", pregunto.

Lo repite: "pues eso Rific, que tú y yo ya hemos hablado todo lo que teníamos que hablar... ¿valeee?"
Me inclino hacia su oído: "no puedo estar más de acuerdo contigo -arranco, agarrando tan fuerte mi copa que por un momento temo que acabe rompiéndola-  de hecho si te paras a pensar, esta es la segunda vez que hablamos y en ningún caso he sido yo quien ha iniciado la conversación, de hecho ni siquiera sé cómo te llamas... cuando quiera decirte algo descuida que lo haré, puedes volver a tu taburete que se te van a deshacer los hielos de la copa, espera sentada mejor".
Nuevamente levanto mi copa, sonrío y vuelvo donde mis amigos.

"¿Qué le has dicho?", me pregunta Pablo, ofreciéndome un cigarrillo.
"Me temo que los rumores eran ciertos...", contesto, buscando mi mechero.