miércoles, 16 de julio de 2014

LOS CUATRO (fantásticos) AÑOS - Aniversario en diferido

Anoche hice una visita fugaz a Madrid para asistir a un concierto. La capital (por cuestiones de comodidad geográfica) ha sido escenario de un par de encuentros con lectores/as del blog y no pude evitar recordarlo (con agrado) al repetir ciertos pasos dados (por idénticos lugares) en aquellas ocasiones.

De repente caí en la cuenta de que hace unos pocos días este blog cumplió cuatro años de vida.
Olvidando los aniversarios... ¿a qué punto hemos llegado?
¿EL BLOGAFANTAS y yo nos habremos convertido acaso en una pareja monótona, rutinaria y desmemoriada?


Aprovecho la ocasión para reiterar los agradecimientos a aquellos que leen, se interesan, escriben o comentan...en cuatro años (para mi sorpresa) habeis sido muchísimos los participantes.

Dicen que no hay quinto malo, comprobémoslo... ¡que comiencen los Juegos!  


domingo, 13 de julio de 2014

El Pequeño Mirón (1ª Parte)

Nos habían dado las vacaciones de verano tres días antes y recuerdo que Eduardo me llevó a su casa para prestarme un par de cintas de música. "Son de mi madre pero no le importará que te las lleves", dijo.
Vivía en las afueras, en un bloque junto a un descampado, todo muy apartado, polvoriento y soleado...

Entramos en el piso, bebimos un par de vasos de agua fría en la cocina y fuimos al salón. Allí estaban las cintas colocadas en una estantería, me llevé "Purple Rain" de Prince y "I'm your man" de Leonard Cohen.
De ahí fuimos a su cuarto pero de camino pasamos delante de la terraza... allí estaba su madre tomando el sol sobre una tumbona, completamente desnuda.

Eduardo ni pestañeó ni se avergonzó, su madre trabajaba en una Barra Americana y en esa casa había una mentalidad bastante "liberal".


Una pena que aquella mañana no estuviese en casa la hermana mayor de Edu, en ese caso (según me contó mi colega) el espectáculo habría sido doble...

Por desgracia aquella fue la primera y última vez que estuve en aquella casa, Eduardo y su familia se mudaron pocos meses después a Barcelona y perdimos el contacto.

Recuerdo que me pregunté si al igual que con las cintas de música a su madre no le importaría que me llevase "cualquier otra cosa" aquella mañana...
También recuerdo tener una fantasía sexual recurrente en aquella época: volvía a visitar ese lugar con cualquier excusa (con o sin Edu) y las mujeres de la casa me invitaban a tomar el sol con ellas en la terraza, todos desnudos por supuesto.


miércoles, 9 de julio de 2014

"MANOLITO"

Mi amigo Rafa ha sido padre hace apenas un mes. Cuando estábamos en el instituto y hacíamos fiestas en su casa solíamos poner siempre las mismas cintas de música, entre ellas destacaba el mítico disco "Por Biafra" de Los Toreros Muertos.
Nos lo sabíamos de memoria y aparte de "cómico" (muy apropiado para aquellos saraos) siempre lo defendimos desde el punto de vista estrictamente musical. Siempre han sido una banda fetiche y apreciada para ambos.

Este año Los Toreros Muertos se han reunido. Cuando llamo a Rafa para anunciarle la buena nueva noto que se emociona, cuando añado que nuestra ciudad está incluida en la gira (nunca pudimos verlos en directo en su día) directamente enloquece.


Nuestra canción favorita de Los Toreros siempre fue "Manolito", una irónica apología de la simplona amistad masculina. Siempre que sonaba en aquellas fiestas los tíos la coreábamos y las chicas ponían mala cara... recuerdo que cuando alguna se reía por la letra sabía que había encontrado a alguien especial, capaz de entender un buen sarcasmo sin quedarse solamente con la aparente soflama machista.

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Es la primera salida nocturna de Rafa desde que es padre, antes de eso también llevaba una larga temporada sin hacerlo, demasiado...
Llegamos al recinto del concierto y pilla tickets para los cubatas de dos en dos. Rock and roll.

Otros grupos preceden a nuestro plato fuerte de la noche, de momento nos situamos más cerca de las barras que del escenario, observamos el ambiente y es raro ver a alguien menor de treinta y cinco años, me entran ganas de fumar, de emborracharme, de despeinar a Rafa y sacarle la camisa de dentro del pantalón...

De repente pasa delante de nosotros un grupo de cuatro chicas. Rafa y yo nos miramos sorprendidos, no hace falta que nos digamos nada, con la mirada basta... "Mira tú por donde", exclamamos a coro.

Eran cuatro de las diosas de nuestro instituto, eran del curso anterior, un año mayores... es decir: nosotros sabíamos sus nombres, vida y milagros... y para ellas nosotros éramos escoria anónima.
Muchos años después la historia se repite, ellas pasan a nuestro lado sin hacer ni puto caso, ignorantes de quiénes somos... y nosotros las observamos recordando sus dos jodidos apellidos.

 
Dos de ellas siguen estando bastante ricas, se sitúan en la primera fila y montan un jaleo considerable. "Siguen obsesionadas con dar la nota eh", susurro al oido de Rafa.
De repente es como regresar a la fiesta de clausura de la semana cultural del insti, la morena alta de rizos (siempre la jefecilla) cortando el bacalao, empujando a algún chico de al lado, colocando a sus amigas a su gusto entre el público, las otras dejándose mangonear, chicos entrándolas y ellas mandándolos a paseo histriónicamente, sacando copas gratis a los pobres incautos, una pillándose la gran tajada y la cabecilla vigilándola, llevándola de acá para allá, idas y vueltas al servicio molestando a los presentes...
"Lo que siguen siendo es unas cabronas", sentencia Rafa.

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Ya llevamos cuatro copas cada uno cuando Pablo Carbonell y los suyos saltan al escenario. Agarro a Rafa y nos acercamos hasta la primera fila... "Ya están aquí, Los Toreros Muertos, ya están aquíííí... muertos, muertos!!!", nos desgañitamos.

Volvemos a tener quince años, otra banda mítica tachada de la lista de "pendientes" en directo, sonrisa de oreja a oreja... y al lado las tipas del insti dando por saco con los grupos de tios adyacentes. Chocando y derramando bebidas, pegando voces, haciendo la ola celebrando cada cobra...

De repente sucede algo imprevisto: la diva rubia, la que en su día solíamos comparar con la infame Kelly Taylor de "Sensación de Vivir", se me queda mirando.
Le aguanto la mirada, ella porfía en el duelo, sonríe y se acerca... no sé si reir o llorar, "Kelly" junta los labios, pone morritos de besar, cierra los ojos (al menos uno) y se acerca a mi rostro.

No muevo un solo músculo en su dirección (nada de lo que se me pasa por la cabeza por lo que llevo observando en la última media hora es bueno), finalmente ella abre los ojos y me ve impasible negando con la cabeza.

Su primera reacción es abrir la boca sorprendida, a continuación (divina providencia) comienzan los primeros acordes de "MANOLITO"... Rafa y yo nos agarramos y dando saltos delante de la rubia coreamos el estribillo... Kelly se encoge de hombros y da media vuelta.
"Quiero estar a solas con mis amiiigosss", berreamos en su dirección.


La jefecilla/morena de rizos no puede estar sin ser el perejil de todas las salsas, se me acerca y pide algo así como disculpas en nombre de su amiga, que si está muy borracha, bla bla bla... le digo que no hay nada que perdonar pero que si se sienten tan mal podrían invitarnos a mi amigo y a mi a un cachi de cerveza, por las molestias...
Evidentemente no lo hace y regresa (estupefacta/indignada) con el resto de las Bananarama.

Rafa se descojona, "¡ha sido un momentazo!", exclama... "Tienes que salir más a menudo -le digo- aún tenemos que ajustar cuentas con aquellos que siempre nos ganaban al fútbol en el patio... y con aquella chica de la clase de al lado que se liaba con todo dios menos con nosotros... lo de hoy tan solo es el comienzo".

Durante el resto del concierto pillo otro par de veces a la rubia mirándome, se ve que sigue inquieta dando vueltas al incidente.
Después de los Toreros hay dos actuaciones más, en mitad de una de ellas se me acerca una mujer embarazada, en una mano lleva un cigarrillo y en la otra un cubata, me pregunta una chorrada y empieza a coquetear... los años noventa no son lo que eran.