martes, 13 de julio de 2010

First Date


Yo tenía doce años la primera vez que salí con una chica. Bueno, no es que fuese exactamente una cita… ella y yo habíamos quedado una mañana de sábado para ir juntos a cierta librería del barrio y comprar un cuaderno de ejercicios que nos había encargado Don Salmón, nuestro profesor de matemáticas.
Aún así, sin ser una cita “oficial”, ambos nos la tomamos como tal: ella se puso un vestidito que jamás habría llevado al cole, se pintó un poquitín... y yo me zambullí en el frasco de Royal Ambree además de recurrir también a la ropa de los domingos.

Después de la librería dimos un inocente paseo y cuando llegó el momento de la despedida, experimenté por primera vez esa agónica sensación de "¿Qué se supone que debo hacer?".
Por supuesto, las piernas me temblaron y no di el esperado paso al frente... tan sólo alcancé a balbucear un patético “nos vemos el lunes en clase”.
Uf... los cinco minutos anteriores a esa frase lapidaria ella había emitido tantas señales favorables invitándome a besarla que cuando la escuchó se giró bruscamente, ocultando su rostro en llamas, alejándose irremediablemente enfadada.

Le di muchas vueltas a aquella cagada, no creáis... sobre todo al hecho de que oportunidades como esas son únicas e irrepetibles. ¡Se aprovechan o caducan!

Pues bien, casi veinte años después de dicho incidente, el otro día, tras un cierto tiempo inactivo, quedé con una chica… y a pesar de que todo iba relativamente bien, en el momento decisivo vacilé y la dejé escapar viva.

Su cara era un poema mientras me decía "adiós", aunque no tan sorprendente como la mía, reflejada a lo largo de los escaparates camino de mi casa, mostrando el rostro de un crío asustado, apestando a Royal Ambree...

6 comentarios:

Princesa Negra dijo...

Compruebo con estupefacción que nadie ha dejado su comentario en este post.

Es muy tierno el modo que lo cuentas, la inocencia que en el fondo se desprende de que a pesar de estar curtido en mil batallas hay momentos que uno/a reacciona como cuando era casi un niño.

No sé si has leído el libro En Brazos de la Mujer Madura de Stephen Vizinczey….. tus escritos me lo recuerdan.

Cuentas muy bien las historias.

Mr. Rific dijo...

PRINCESA NEGRA: Sí que era curioso, pero la primera entrada de este blog ha permanecido "virgen" todo este tiempo... así que ante un comentario como este tuyo sólo puedo decir que queda demostrado aquello de que "los últimos serán los primeros" ;)

El libro del que hablas no lo leí pero he visto la película, me has despertado la curiosidad así que a lo mejor le echo un vistazo.
Insisto una vez más, muchas gracias por haberte tomado la molestia de bucear a fondo en el blogafantas y me alegro de que lo hayas encontrado interesante!!!
(espero no defraudar demasiado en lo sucesivo)

Princesa Negra dijo...

Sinceramente estoy disfrutando mucho tus aventuras. Como habrás comprobado me gusta leer, y considero que tienes mucho talento, aparte del tema erótico-festivo y experiencias desastrosas con el otro sexo has escrito sobre alguna otra cosa?, me gustaría mucho si no te importa leerla.

Estoy muy contenta de que te guste que “bucee” en tu blog.

Mr. Rific dijo...

PRINCESA NEGRA: Acabarás ruborizándome, ya verás...
Alguna cosa más hay escrita por ahí pero así, difundido, este blog y poco más.
Celebro tu gusto por la lectura y haberte despertado interés. Es algo que anima a seguir escribiendo pase lo que pase :D

Me, Myself and I dijo...

Aqui ando, leyendo tus inicios...que mono!!! ;)

Mr. Rific dijo...

ME, MYSELF AND I: Poca gente se ha remontado tan lejos, sin duda te mereces una Fanta extra via Air-mail :)