miércoles, 23 de septiembre de 2015

ENTREMÉS -Damas de Honor-

Uno de mis mejores amigos se casa por todo lo alto. Tres días antes de la celebración me comenta que la orquesta que tocará en directo tras el banquete le dejará a él y sus otros colegas aficionados a la música dar un mini-concierto durante el baile, me pide que participe cantando "Today" de Smashing Pumpkins.

"Estúdiala bien de aquí al sábado, eh", desliza guiñando el ojo...
"Descuida -acepto el desafío- esa canción lleva veinte años grabada a fuego en mi memoria, eso sí... hay ciertas notas a las que ya te advierto que no llego ni con la barra libre de por medio!!!"

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La mañana de la boda, mientras me ducho en el hotel, "ensayo" por primera (y última) vez la canción.

Vamos a la Iglesia. Durante los meses anteriores, entre los amigos del novio, se había propagado cierto rumor: "las amigas solteras de la novia no nos tocarían ni con un palo"

Todas ellas ejercen de "Damas de Honor" y tras echarles un primer vistazo, a pesar de no conocerlas de nada, distingo en casi todas una indisimulada altivez que sin duda fundamenta la citada rumorología.
La mayoría no solo no nos tocarían ni con un palo... ¡ni siquiera nos mirarían de reojo!

De hecho así sería durante toda la ceremonia religiosa, cocktail de recepción, comida y baile.

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Ya llevamos bastante rato de bailoteo y han caido unas cuantas copas. Mi amigo sube al escenario, agarra la guitarra eléctrica y ataca el "Blitzkrieg Bop" de los Ramones.
A continuación comienza a sonar la intro del "Here I go again" de Whitesnake y me pide que suba a acompañarle intercambiando estrofas al micrófono.

Llega la esperada "Today", cumplimos el expediente y tras abandonar el escenario me invitan de nuevo a subir para participar en el resto del setlist: "Carrie" de Europe, "Space Oddity" de David Bowie y el final mitad apoteósico, mitad vergüenza ajena, con "Sweet child of mine" de Guns n' Roses.


Voy lo suficientemente pedo como para pasar por alto cualquier desliz vocal, me limito a disfrutar haciendo el tonto con mis amigos sobre el escenario, recreando poses, dejándome llevar...

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Finalizado el concierto voy directo a la barra para pedir otra copa. Una de las más altaneras amigas de la novia está sentada en una butaca y con un gesto de la mano llama mi atención, "Rific, ven un momentito", dice.
"¿Sabe mi nombre? -pienso- qué raro..."

"¿Sí?", me inclino hacia ella.
"Que sepas Rific que me ha gustado mucho cómo has cantado al principio, eso sí... luego... al final del todo... ya no me ha gustado tanto", dice.
"Bueno mujer, no deja de ser una cosa improvisada hecha para divertirnos y que el novio disfrute -comento-, ya imagino que los berridos de la última canción habrán sido lamentables, pero si intentas imitar a Axl Rose en medio de una boda, además borracho... ¡lo raro es que salga bien!"

La Dama de Honor me mira frunciendo el ceño, se queda callada... ¿sabrá quién es Axl Rose?
"Bueno -prosigo- si por un casual hacemos un segundo pase más tarde no nos juzgues muy severamente...", levanto mi copa y sonriendo regreso donde mis amigos.

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Un par de copas después estoy hablando con mi amigo Pablo y una amiga de la novia se cruza en nuestro camino, Pablo la agarra del brazo y le pregunta quién está "libre" en la boda, si nos puede presentar a alguna soltera, etc...
La chica inmediatamente va a la barra del bar y toca el hombro de la imperiosa dama de honor que antes tuvo a bien compartir conmigo su juicio del miniconcierto.

Nada más girarse, sin darse cuenta de que era Pablo quien esperaba ser presentado, me dedica una orgullosa mirada y sin hacer caso a la amiga se me acerca y dice: "Vamos a ver Rific, que tú y yo ya hemos hablado todo lo que teníamos que hablar..."
No doy crédito a lo que estoy oyendo. "¿Perdón?", pregunto.

Lo repite: "pues eso Rific, que tú y yo ya hemos hablado todo lo que teníamos que hablar... ¿valeee?"
Me inclino hacia su oído: "no puedo estar más de acuerdo contigo -arranco, agarrando tan fuerte mi copa que por un momento temo que acabe rompiéndola-  de hecho si te paras a pensar, esta es la segunda vez que hablamos y en ningún caso he sido yo quien ha iniciado la conversación, de hecho ni siquiera sé cómo te llamas... cuando quiera decirte algo descuida que lo haré, puedes volver a tu taburete que se te van a deshacer los hielos de la copa, espera sentada mejor".
Nuevamente levanto mi copa, sonrío y vuelvo donde mis amigos.

"¿Qué le has dicho?", me pregunta Pablo, ofreciéndome un cigarrillo.
"Me temo que los rumores eran ciertos...", contesto, buscando mi mechero.


jueves, 30 de julio de 2015

"LA SIESTA"

Conocí a Marian un año antes pero nuestra historia fue la de un desencuentro.
Después de coincidir en una cena multitudinaria seguimos en contacto vía informática e intentamos quedar un par de veces a solas... sin resultado.
Después me fui unos días de vacaciones y aquello nos distanció definitivamente, durante esos días a ambos se nos cruzaron diferentes distracciones (o eso pensé yo) y sencillamente dejamos de escribirnos.

Diez meses después Marian asomó por mi messenger y me dio por saludar. Al principio fingió no reconocerme pero después de "identificarme" procedió a reprocharme con todo lujo de detalles mi "espantá" de meses atrás. No tardé en recordar las razones por las que en su día decidí cortar el contacto, su habitual tono inquisitivo me incomodaba demasiado...

No me disculpé por nada y ella pareció quedarse a gusto tan solo dejando caer lo que en su día no pudo soltar... dos días después volvió a asomar y comenzó a escribirme como si nada, como si aún tuviéramos pendiente esa caña que diez meses atrás no se produjo.

El siguiente mes estuvimos a punto de quedar un par de veces pero mis horarios se volvieron imposibles. Ella siempre malinterpretó mis negativas como falta de interés y su tono en las conversaciones se volvió de lo más irritante... ella misma se lo decía todo, ¿para qué añadir nada? Me agotaba: "Hola, ¿hoy tendrás tiempo para una caña? Aunque claro, como no quieres quedar conmigo imagino que me dirás que no..."

Ante frases de ese estilo (todas negativas, victimistas y pasivo-agresivas) ciertamente mis ganas de verla disminuían... un año después la historia se repetía.

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Domingo por la tarde, después de comer, tras un par de semanas absolutamente frenéticas me puse a ver un partido de Wimbledon tirado en el sofá combatiendo la ola de calor... relax total.

De repente me escribió Marian volviendo a la carga con su habitual rollo de si lo he pasado bien el finde, que si finalmente salí podría haberle dado un toque pero claro, que no vamos a quedar en la vida porque estoy tan ocupado...
Contesté (con toda la intención del mundo) que me pillaba a punto de una especie de siesta, que no estaba la cosa para debates sesudos con treinta y cinco grados a la sombra... pero ella lejos de darse por aludida y cortar la comunicación me propuso que si era cierto que iba a echar la siesta, fuera a su casa a dormirla con ella.


De repente lo que sucedía en el All England Lawn Tennis and Croquet Club, inevitablemente, pasó a segundo plano.

¿Estaba pasando lo que yo creía que estaba pasando? Era la primera vez que recibía semejante invitación de una (prácticamente) desconocida. Me dijo que su sofá seguro que era más cómodo que el mío, le pregunté si me enseñaría el nuevo tatuaje que se hizo la semana pasada... "ya veremos" fue su respuesta. No necesité más.
Me dio su dirección, caminé veinte minutos por las calles desiertas buscando en todo momento la sombra y toqué su timbre.

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Abrió la puerta y me recibió con un vestido veraniego corto estampado, el pelo mojado y descalza.
"Que sepas que ni siquiera he comido -dijo mientras me guiaba por el pasillo hacia el salón- te escribí nada más llegar del trabajo, apenas me ha dado tiempo a ducharme..."
"Osea que casi me recibes envuelta en la toalla", solté mientras ella me indica el sofá donde sentarme...
"Más quisieras...", sonrió sacando la lengua, sentándose en otro sofá frente al mío. Una mesita baja ejercía de barrera.

Nuestra primera charla en persona a solas fluye a pesar del sopor ambiental, ella arranca combativa retomando el tema del año anterior, vuelve a la carga con reproches, que si dejé de hablarla, bla bla bla... recordó bastantes detalles insignificantes así que imaginé que estuvo releyendo viejas conversaciones... en fin, chorradas.
Desvié la atención resumiendo mis últimas dos semanas de actividad alocada en casa y en el curro, ella me contó también historias raras de su lugar de trabajo... costó casi media hora pero por fin se relajó el ambiente.

Cuando propuse que me mostrase el nuevo tatuaje se resistió apenas unos segundos antes de girarse sobre el sofá, desabotonarse la espalda del vestido y dejar a la vista un trabajo digno de un mafioso japonés de alto rango...
"Tenía ganas de terminar el tríptico", dijo...
Un reloj de arena gigante cubría casi toda la espalda, debajo unas letras latinas en plan "carpe diem" o "tempus fugit"... encima del reloj algo simbólico que no alcancé a descifrar.

Me incorporé para verlo de cerca pero ella se apresuró a echar la cortina... "ya has visto suficiente", dijo.
Me senté a su lado en el minisofá que ocupaba. "Antes me dijiste que tu sofá seguro que era más cómodo que el mío, la verdad es que estoy de acuerdo...", comenté, poniéndome frente a ella.
"Yo me refería a ESE -señaló donde estuve sentado antes de la invasión-, no a ESTE..."
Acaricié su tobillo. "¿Acaso me estoy equivocando cambiando de sitio?, pregunté lanzándome definitivamente al ataque.
"¿Tú qué crees?", contestó sonriendo con picardía... me incorporé de nuevo hacia ella y nos besamos.

La siesta quedaba oficialmente inaugurada.

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Diez minutos de magreo en el sofá. Su vestido desapareció, me abrazó con las piernas y descubrí un par de tatuajes más (¿tendrá una daga oculta bajo los cojines?); metí las manos bajo sus bragas, me llevó a una habitación medio vacía, nos desnudamos del todo y nos echamos sobre un camastro.
"Que sepas que no pienso echar un polvo contigo -dijo de repente- ...aún no he salido de la regla del todo y todavía mancho un poco"


Automáticamente descarté hundir la cabeza en su entrepierna y pasé a concentrarme en el resto de su cuerpo. Pusimos a prueba la estabilidad del camastro, sus muelles chirriaban más de la cuenta... finalmente me masturbó apuntando hacia su pecho para la ráfaga final.

Fuimos juntos al cuarto de baño. "Que sepas que hoy me has pillado en un buen día -dijo mientras se lavaba- si no ni de coña te hubiera dicho que vinieras"
"¡Celebro entonces tu buen humor!", contesté, también en pleno aseo.
"Eso sí -añadió- el próximo día tomamos una caña o algo por ahí eh, esto no era lo que yo tenía en mente..."
"Claro, claro", contesté, ya empezando a vestirme...
¿A qué ha venido esto último? Pensé. No hace falta justificar nada, pero bueno...

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EPÍLOGO: Aproximadamente hora y media después regresé al bochorno de la calle, era el Día de la Música y en el escenario montado en una de las plazas más céntricas de mi ciudad comenzaba a actuar (bajo un sol de justicia) un grupo musical local desconocido.

Crucé la plaza a toda velocidad en busca de la sombra de los soportales, no me fijé en sus integrantes ni presté excesiva atención a su repertorio folk. De haber sabido lo que me sucedería veinte días después, relacionado con ese grupo, me habría detenido a ver un rato el show.
Pero esa es otra historia y de ella nos ocuparemos (verano mediante) la próxima semana...


miércoles, 15 de julio de 2015

"NO ERES MI TIPO, PERO..."

Su nick en el chat es "Skate-Girl", tiene 22 años y me dice que vive a dos calles de distancia de la mía, que no ha salido el finde porque está aburrida de lo que la ciudad ofrece... me pregunta a qué me dedico, cómo soy físicamente, mi manera de vestir y si soy facha.

Debo de aprobar el test porque a continuación me da su skype para agregarla.

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La foto de su perfil no deja ver la cara completa, solo unos labios carnosos y un generoso escote con camiseta de tirantes. De todos modos me saluda enviando una foto así que no tengo siquiera tiempo de dejar volar la imaginación.
Su rostro es muy corriente, sin embargo la pose que lleva es la habitual de cierta gente no guapa que se cree un bellezón... si implica audacia bienvenido sea, si acarrea gilipollez debo estar preparado para cualquier cosa.

Envío una foto reciente y normal y parece que no sale huyendo, me dice que en su gym hay dos tíos que se parecen a mi, de paso confiesa que no vive a dos calles de mi casa y que el gym que frecuenta está en su barrio, por las afueras.
Parece muy interesada en el tema del ejercicio, me pregunta por la tarifa del gimnasio al que voy, lo que hago en él, me llama flojeras cuando confieso que no me gusta levantar pesas, se ve que le molan los cachitas.

Me pregunta si tengo cam, contesto que sí y pulsa la opción de videollamada.
Lo que yo veo no me entusiasma pero tampoco me espanta, ahora está sin maquillar y con una chaqueta de chándal cerrada hasta el cuello...eso sí, tiene un gesto serio, poco amable.
La videollamada no dura ni diez segundos, la corta rápido.
Pone un icono triste, "No eres mi tipo"

Ella tampoco es precisamente el mío pero decido forzar la situación: "jo, ¿por qué no? A mi me gustas"
"A mi no...pues porque no y punto", sentencia, cortante.
"Lástima -añado- me estabas cayendo genial"
"Ya...", se va apagando.
"Y tienes unos labios interesantes...", comento para agitar el árbol un poco, pero esa frase no llega al destinatario, antes de eso Skate-Girl se ha desconectado/me ha borrado/bloqueado.

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O eso pensaba yo...
Dos horas después mi última frase recibe contestación: "ya bueno, ya lo sé".
¡Con su ego hemos topado!


De repente me pregunta por el color de mis ojos, la conversación se reanuda y sin venir a cuento me envía la escotada foto de su perfil, tan ultramaquillada que parece otra persona, publicidad engañosa.
Sin que se lo pida me da el teléfono, quiere que sigamos por whatsapp.
La conversación por el nuevo soporte es absolutamente delirante.

No para de mandar fotos de lo que hace o tiene delante; empieza con una cocacola con patatas fritas en el bar donde está con sus padres... a continuación sus pies para que vea las sandalias nuevas que tiene... me pregunta qué tipo de playeras uso y empieza a mandarme fotos de su armario donde tiene todas las zapatillas deportivas amontonadas: "¿te gustan?"

Se está haciendo tarde por la noche, yo tengo que pegarme un buen madrugón así que me voy a la cama, me despido y ella se muestra indiferente: "besosss", pone.

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Me pongo el pijama y me siento en la cama, voy a apagar el móvil y de repente, ocho minutos después de la despedida, me escribe:
"No duermaaaass
Ponte palos
Oyeessss..."

"¿Dime?", pregunto

"No duermas
Vale
Vale
No duermas
Esperate..."

A continuación pone una foto supuestamenet sexy en la que sale de nuevo superescotada (las lleva casi fuera) y pone morritos como de besar...
"jajaj -prosigue- DESPIERTA"

Contesto que ya estoy en la cama, que tengo que madrugar mucho y estoy cansado, que seguimos mañana... que mañana con mucho gusto me asomo a "ese balcón" las veces que quiera...
"¿Ah sí?", pone... y a continuación me planta (ni corta ni perezosa) una foto de su pecho desnudo, unas tetas MUY bien puestas.

Le hago partícipe de mi sorpresa, también le digo lo mucho que me gusta la foto y que siguiendo por ese camino me costará apagar la luz de la mesita de noche...


Ni se inmuta. Me pregunta si estoy gordo o delgado, dice que no le gustan los gordos... de repente me envia dos fotos más: unos apuntes de química que tiene sobre la mesa y una infusión junto al radiodespertador.

Pregunto si tiene un examen de química pronto, me dice que sí y deja de escribir unos minutos... el sueño me vence y como veo que también está a otras cosas me despido hasta la próxima. Apago el móvil.

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A la mañana siguiente desayunando enciendo el móvil, resulta que al poco de dormirme recibí las siguientes frases:
"uuiii
oyeeesss
No duermas
Esperate..."

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Durante el día la saludo pero no me contesta, por la noche estoy viendo una película y de repente recibo una invitación de videollamada, me contesta en pijama sobre la cama, sonríe y la emisión aguanta más de los diez segundos del día anterior, pero no mucho más...
Dice que está muerta de sueño y se duerme ya, me envía un beso con la mano.

Tras la videollamada me pregunta: "qué te parecí?"
Contesto que bien, ella replica: "solo bien??"

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Al día siguiente salgo de trabajar y saludo por el whatsapp nada más montar en el bus. Me contesta cortante y tras dos frases me dice que no cree que quedemos nunca, que mejor no me hace perder el tiempo, que la borre.

Por la noche la veo conectada en skype. "Hola! ¿Hoy no hay foto de buenas noches?", pregunto.
"En serio no quiero nada, ya te dije que me borraras...", la luz verde de su estado de conexión desaparece.
Mi corazón, roto una vez más en mil pedazos, snif... FIN.


lunes, 6 de julio de 2015

"MISTERIO A MEDIO RESOLVER" (La buena, el feo y lo malo -4ª parte-)‏

"Mary_82" protagonizó hace cuatro años una de las más célebres trilogías de este blog.
La historia de nuestras dos citas y su sorprendente desaparición posterior quedó glosada en las siguientes tres entradas:
2ª parte - Moviola
3ª parte - Mutis

En todos estos años de vez en cuando me he acordado de ella, he vuelto muchas veces a los lugares donde nos vimos y el "misterio" de su volatilización jamás dejó de intrigarme.

Con aquel último extraño mensaje procedente de su número (escrito por un supuesto tipo sevillano) no puse fin a las "investigaciones" llevadas a cabo los dos meses siguientes a su súbito silencio. 

Meses después, pasando las vacaciones en otra provincia, probé a llamar al número varias veces desde diferentes teléfonos fijos; también lo intenté con un móvil de prepago que regalaron a mi madre... jamás contestaron ninguna de esas llamadas, realizadas en todas las franjas horarias posibles.
Aunque fuera un inocente chico de Sevilla digo yo que alguna vez podría haber contestado.

El correo electrónico desde el cual me escribió y mensajeó durante nuestra breve historia dejó de estar operativo, los mails me eran devueltos con el clásico "Delivery Status Notification (Failure)"


Aquel fue el sospechoso balance con el que se alcanzó el "primer aniversario" del misterio.

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El año pasado pillé un smartphone y comencé a utilizar Whatsapp. Aún tenía su número en la agenda y al ver que "el titular" era usuario de dicha aplicación decidí saludar.
Me contestó preguntando quién era, cuando dije que era un amigo de Mary_82 (sin dar mi nombre) me dijeron que no sabían de quién hablaba y esta vez no hubo ningún rollo o cuento sevillano, se limitaron a pedirme de manera cortante que dejase de escribir a ese número.

Mi intriga no quedaba saciada, sin embargo accedí a la petición: odio los diálogos de besugos.

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Hace tres viernes estuve "limpiando" mi teléfono de archivos, fotos y conversaciones chorras... el caso es que haciendo un barrido por la agenda me encontré de nuevo con el teléfono de Mary_82. 

Siguiendo un impulso de lo más extraño pulsé la opción de llamada, daba tono... al igual que las anteriores veces años atrás me recosté en el sofá esperando que se agotasen los tonos sin respuesta, pero de repente, un lustro después, sonó una voz al otro lado de la línea, una voz de hombre, un recio acento de lo más seco, para nada sevillano...

"¿Quieeeennnn eeesss?", dijo
"¿Sí? -me puse a improvisar a toda leche, no tenía nada preparado- perdona, ¿está Mary_82?
"Síii, soy SU PAREEEJAA -recalcó, elevando el tono con esa última palabra- ¿se puede saber qué es lo que quieres?
(Nos vamos a reir, pensé) "¿Podría hablar con ella por favor? Es que me han dado este número para localizarla..."
"Sí, un momento, ahora te la paso...", me interrumpe, ¡bingo!

"¿Síiii? -no me lo puedo creer, es ella, su voz sigue siendo inconfundible a pesar del tiempo transcurrido- ¿Quién es?"
"¡Mary_82! ¡Qué alegría escucharte! -finjo alegría, aunque la sorpresa es absolutamente auténtica- ¿qué tal estás? Soy Rific, nos conocimos hace unos años, ¿qué tal te va?
"Mmm, perdona, pero es que no sé quién eres...", su sorpresa también superaría el polígrafo sin problemas, su frase ya no tanto.
"Rific, hace ya bastante es cierto, pero bueno, me alegro de haber podido localizarte al fin... dime, ¿sigues en la ciudad, te fuiste a Madrid o dónde?"
"P-p-perdona pero es que no sé quién eres, ¿Rific? ¿Qué Rific?", vuelve a preguntar.

"Ah, vaya... -dije- bueno Mary_82, no pasa nada, si no te acuerdas de mi entonces nada... ¡hasta luego!"
"Eehh...", fue lo último que salió de su boca.

Colgué.
Supo de sobra quién era (aún recuerdo lo pesada que se puso en su día con mi nombre), imagino que con su chico al lado no podría hablar y (ante semejante atraco) tras colgar mantendría la mentira hasta las últimas consecuencias.

El misterio ha quedado resuelto en parte, me quedo con lo mejor: Mary_82 está viva y coleando.
¿Lo "malo"? Las razones por las que salió pitando siguen sin saberse. 

En su día me habló de su exnovio, un tipo manipulador que hackeaba sus cuentas de correo, teléfono, etc... me habló de un chico de Barcelona con el que se lió una vez (esta anécdota sirvió para mantener viva la llama del misterio a lo largo de los años) con el que perdió contacto y por lo visto un día de manera milagrosa lo recuperaron y se enteró que el chaval le había escrito mogollón de mails y mensajes que fueron todos borrados por su ex. ¿Habré sido yo víctima también de una conspiración similar?
¿Fue el ex quien me escribió aquel mensaje haciéndose pasar por un chico de Sevilla?
¿Acaso Mary_82 no lo había dejado del todo con su ex aquella quincena que duró nuestra aventura y tras el escarceo fue pillada y regresó arrepentida?

Quizás todo sea mucho más sencillo y Mary_82 sea una cobarde que no supo dar la cara y tras no convencerle el asunto optó por romper cualquier contacto a las bravas, destruyendo ella misma todos los puentes y escribiendo aquel mensaje tan chapucero.

Tras colgar no pude evitar sonreir. Imagino que esta repentina llamada habrá sido motivo de conflicto (o discusión) de algún tipo en el actual hogar de Mary_82... tener que dar ciertas explicaciones, dar lugar a una situación incómoda.

De ser así, esa será mi venganza, ese será mi legado.

Sea como fuere, ahora ya sí, la historia llega a su FIN.


viernes, 26 de junio de 2015

"LA ESCENA DEL SOFÁ" ("El Cuestionario Envenenado" - 2ª Parte)

VIENE DE LA ENTRADA ANTERIOR: "EL CUESTIONARIO ENVENENADO"

No necesito esperar hasta San Juan para volver a ver a Mara. Tras varias semanas de silencio su reaparición es poderosa, me envía mensajes cada vez que tiene un rato libre y propone quedar para tomar algo entre semana.

Son unos días muy complicados para mi así que me veo obligado a declinar sus ofertas. Finalmente una tarde de jueves salgo de currar antes de lo previsto y ella (se ve que está pendiente) al verme "conectado" me pregunta si ya he acabado por hoy, dice que pasará la noche donde sus padres cerca de mi casa, que si nos vemos un momento después de cenar... Estoy agotado pero acepto.

Son las diez y media, vamos a un bar oscuro y solitario, me intereso por sus novedades más recientes y sus aventuras durante aquellas extrañas semanas que dejó de hablarme... me cuenta que está mucho más animada, con ganas de divertirse sin preocupaciones y yo finjo alegrarme. A los pocos minutos paso al ataque, nos besamos en el incómodo banco colocado junto a la mesa, ella parece estar a gusto.


La cosa no pasa de ahí, tengo muchas cosas que hacer antes de acostarme y a la mañana siguiente, la cita por lo que a mi respecta debe ser breve... no obstante comento a Mara que el sábado por la mañana estaré solo en casa por si quisiera quedar, "ver una peli" o similar... para mi sorpresa la idea le entusiasma y me dice que pillará el primer bus de la mañana para bajar, iremos a mi casa y después ella marchará a comer donde sus padres.

¿Está pasando lo que creo que está pasando? Me extrañaría mucho dados los antecedentes... pero el sábado saldré de dudas.

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Sábado, diez y media de la mañana. Quedamos en la plaza donde el bus de su pueblo termina trayecto. Antes de ir a mi casa me pide que la acompañe a una tienda donde ha visto una camiseta que se quiere comprar. Me siento raro en medio de esa tienda modernilla/pastillera escuchando música house un sábado por la mañana, viendo a Mara rebuscar entre todas las prendas. No la encuentra, pregunta a la encargada pero no se la consigue, si la quiere deberá encargarla on-line.

Pillamos la ruta hacia mi casa pero Mara insiste en que paremos en otra tienda: "jooo, déjame echar un vistazo a ver si veo algoooo, diez minutitos como muchoooo", suplica tonteando. Algo no va bien, ¿se cree que soy el novio que sujeta el bolso mientras ella da vueltas por Sfera? Le digo que puede entra sola, que yo mientras iré a la tienda de cómics de enfrente a ver las últimas novedades... el primero que salga que avise al otro. Se queda un poco descolocada pero acepta el trato.

A través del cristal de la tienda de cómics veo como ella sale apenas dos minutos después de haber entrado, mirando a ambos lados de la calle, inquieta. Sonrío y salgo yo también, con tanta tienda se nos echa el mediodía encima y no dispondré de la casa libre demasiado tiempo...

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Cuando entramos en el portal me dice que ella conocía a una chica que vive allí, que era bastante gilipollas y dejaron de hablar. Creo saber de quién habla aunque no estoy seguro del todo... entramos y me pide un vaso de agua. Nos sentamos en el sofá del salón y cuando voy a besarla aparta la cara. "Hay algo que debo decirte", me suelta.

Me echo hacia atrás en el sofá y procuro que no se noten demasiado mis ganas de mandarla a paseo: si tenía algo importante que decirme... ¿por qué esperó a ese momento?

"Es que anoche mi ex se puso de nuevo en contacto conmigo..."
"¡Qué oportuno!", digo... "(y qué conveniente, pienso)"
"Me dijo que se arrepentía de muchas cosas, que me echaba de menos...", prosigue.
"¿Entonces te estás planteando lo de retomar aquellos planes de boda que quedaron interrumpidos en el último momento?, pregunto.
"No nooo... -contesta con firmeza- no creooo, ni de coñaaaa, no séee -de repente ya no hay tanta firmeza- el caso es que quería que lo supieras, pensé que deberías saberlo..."


"Vale", contesto. Podría haberme mostrado comprensivo, podríamos haber hablado media hora de ello, incluso haber sacado la baraja española y jugar un rato a la escoba... sin embargo opté por no decir ni una sola palabra más y acercarme de nuevo a ella.
Esta vez me devolvió el beso, de hecho ella tomó la iniciativa con su lengua, se diría que tenía ganas... hasta que de repente cuando fui a acariciarla el costado como paso previo al pecho me agarró los brazos impidiendo la maniobra. "No, nada de eso", susurró. "¿Nada de qué?", pregunté.

Agarrándome los brazos sigue con el besuqueo, impidiendo cualquier intentona de meter la mano por debajo de su ropa o tocarle una teta siquiera por encima de la camiseta.
"Que te he dicho que no, no vamos a hacer nada de eso!!!", protesta.
Tomo aire, cuento hasta diez. "Ya lo sé Mara, ya me he dado cuenta, ya sé lo que NO vamos a hacer... la cuestión entonces es lo que SÍ vamos a hacer"
Acerco su mano hasta mi dura entrepierna y ella la aparta indignada. El tren procedente de ninguna parte realiza su última parada, fin de trayecto.

"No voy a quedarme mucho Rific, antes de ir a comer a casa de mis padres he quedado con mi madre para ir a comprar..."
"Entonces será mejor que no la hagas esperar demasiado -contesto- vámonos ya, te acompaño hasta la calle que yo también tengo que ir a pillar algo"

Nos levantamos del sofá, nos calzamos y bajando por el ascensor decido dejar de morderme la lengua. "Pues bueno, ya me irás contando qué tal va lo de la reaparición de tu ex, quien sabe, igual todo ese papeleo previo a la boda que ya teníais hecho aún no ha caducado y os puede servir..."

Mara se queda callada tratando de entender lo que he dicho, cuando llegamos al portal me besa y a continuación dice: "¿y eso a qué ha venido?"
"Nada mujer, pásalo bien esta noche en las fiestas del pueblo ese al que vas, ¡hablamos!", me despido.

Ella desapareció en la calle de la derecha, probablemente pensando que en ese edificio solo viven gilipollas. Yo fui a la izquierda y regresé a la tienda de cómics a pillar un ejemplar rebajado de "Martin Mystère" al que había echado el ojo antes, esa misma mañana, mientras Mara jugaba a tener novio.

No ha vuelto a escribirme, de hecho me ha bloqueado. Algo me dice que esta vez será definitivo y no reaparecerá...

jueves, 4 de junio de 2015

"El Cuestionario Envenenado"

Conozco a Mara una tarde de domingo a través de un foro local temático de series de televisión, discutimos un rato acerca de la nueva temporada de Juego de Tronos y nos caemos tan bien que intercambiamos teléfonos por el privado.

Esa misma noche hablamos por whatsapp hasta casi la una de la madrugada, al día siguiente sigue el buen rollo así que planeamos quedar al día siguiente por la mañana para tomar un café.

Nada más vernos me cuesta reconocer a la chica de la foto. En ella se intuía que era delgada pero no TAN delgada... además es muy bajita, un cuerpo casi de adolescente adicta al popper.

Vamos al bar, pedimos un café y nos sentamos en una mesa apartada. La cita dura una hora clavada.
En la primera mitad me cuenta su vida, sus orígenes malagueños y su nostalgia por aquella tierra. Su reciente ruptura tras una relación de trece años estando a punto de casarse, con el papeleo de la boda en plena tramitación... yo le suelto mis mierdas habituales mostrándome comprensivo pero sin preguntar demasiado acerca del escabroso incidente nupcial.

Me habla de sus planes de verano, en apenas unos días se muda a un pueblo de las afueras y no pisará por la ciudad nada más que para trabajar... "tendré piscina en la casa que voy a compartir con unos compañeros del curro, puedes venirte cuando quieras, estás invitado... así nos damos un chapuzón... y como no tienes coche pues te pondré una colchoneta en la habitación para que pases la noche"

"¡Clic!", algo se activa en mi cerebro.

Cinco minutos después cambio el tono y me acerco con una excusa peregrina, besándola en los labios. Me lo devuelve. Poso mi mano sobre su huesudo regazo y seguimos con el besuqueo otro par de minutos antes de irnos.

Es tarde y ambos tenemos que prepararnos para ir al trabajo. Nos besamos de nuevo al despedirnos en la puerta del Mercadona. Ella se mete a comprar algo que necesita para la comida y yo pongo rumbo a casa imaginándomela primero en bañador al borde de esa piscina... y a continuación desnuda sobre la colchoneta.

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El resto de la semana seguimos hablando amigablemente y jugamos con la idea de volver a vernos el finde, con más tiempo. Todo va "bien" hasta que el jueves por la noche de repente le da por ponerse trascendente, me pide que juguemos a un juego en el que cada uno (por turnos) puede preguntar una cosa al otro y debe contestar con absoluta sinceridad.

"¿Qué color te gusta más? Empezamos con una fácil, jaja", arranca.

No sé qué decir, contesto el de la camiseta de mi equipo de fútbol preferido... no sé de qué va todo esto (aunque me lo huelo) así que en mi turno pregunto por su película favorita. 
"Titanic -contesta- ¿dulce o salado?"


Tras un par de preguntas chorras más, llegamos al verdadero propósito del diabólico cuestionario, una inquisitoria ráfaga me acribilla a bocajarro:
"¿Flores o bombones?
¿Tu cumple qué mes y qué día es?
¿Te gustan los niños, tendrías alguno?
¿Dónde te gusta ir de vacaciones con tu chica?
Para boda... ¿Iglesia o Juzgado?
¿Eres celoso?
El sexo yo odio hacerlo por vicio y ya está si te he visto no me acuerdo, solo lo concibo con quien quiera y me quiera... ¿Tú? ¿Eres más liberal o lo ves como algo más serio que puro sexo hacer por hacer?
¿Ahora mismo qué buscas, una relación seria, pasar el rato y que surja lo que sea...?"

El final de la conversación no es tan agradable como las noches precedentes, se despide con cierta frialdad. Qué le voy a hacer, nunca se me dieron bien las pruebas tipo test...

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A la tarde siguiente hablamos normal. Sale del curro y se va con sus amigos de juerga a un pueblo, a pesar de ello intercambiamos varios mensajes. 
Por la noche cuando voy camino de casa le pregunto por dónde anda (por si pillase cerca y le apeteciera quedar) pero no me contesta.

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A la mañana siguiente, sábado, me saluda con un "Buenos días" pero cuando le pregunto qué tal se está dando la cosa por ahí no contesta.
Por la tarde vuelvo a saludarla y nada, silencio. Lo mismo por la noche.
Llega el domingo y por la tarde pregunto de nuevo por dónde anda, si todo va bien... y tampoco contesta.

El domingo por la noche de repente me escribe el siguiente mensaje: "Buenas. Tengo que decirte que me siento un poco agobiada con tanta pregunta de que dónde ando, que cómo voy... No sé... con las preguntas del otro día me dijiste que no buscabas nada serio y creo que esta forma no es de ello... yo busco otra cosa diferente a lo que tú me respondiste en las preguntas... igual podríamos ser amigos pero creo que nada más..."

Contesto: "¡Hola! Me alegro de tener noticias tuyas, no imaginaba que mis saludos pudieran causar ese efecto"

"No sé -responde- no estoy acostumbrada a que se preocupen por mi y me siento agobiada, que me pregunten tanto..."
"¿Tanto? Si te pregunté QUÉ TAL apenas dos veces el sábado y una esta tarde..."

"Me desilusioné al leer que no buscas nada serio... a mi no me gustan los rollos de una noche ni nada parecido, entonces me quedé sin ganas de nada..."
"Entonces no tiene que ver con mi par de saludos por aquí durante el finde, tiene que ver con las preguntitas del jueves..."
"No sé, me he sentido muy agobiada... necesito tiempo para pensar, desconectar, son muchos cambios y no puedo con todo..."

Voy al cuarto de baño, me miro fíjamente en el espejo y repito tres veces en voz alta: "Señor, ¿por qué a mí?"

Agarro el móvil y contesto que se tome el tiempo que haga falta, que mucho ánimo con la semana y que cuando se le pase el agobio me diga si le apetece otro café o similar.
Se despide cortante dando la impresión de ser un "hasta nunca".

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Me equivoqué.
Ayer (semanas después de la última conversación) me saludó de repente desde su exilio en la casa del pueblo. Sabía que iría a ver a AC/DC a Madrid y lo que empezó siendo "otro cuestionario" sobre curiosidades del show, derivó en una charla relajada como las de antes del Juicio Sumarísimo.

Hoy me ha vuelto a saludar (todo son risas y simpatía, yo no entiendo nada) preguntando por mis planes para San Juan, que igual cuando venga a la ciudad de fiesta me avisa para quedar...

¿Significa esto que ha reflexionado ya? El caso es que yo para San Juan ya he medio quedado con otra.
¿CONTINUARÁ?

(Sí que continúa, para ver el desenlace pinche AQUÍ)



lunes, 25 de mayo de 2015

(Uuh, vaya lío) "LOS NOVIOS DE MIS EX-AMANTES...¿SON MIS AMIGOS?"

Hace justo dos años, por estas fechas, conocí a Carmen.

La primera vez
que nos vimos fue una fría noche de domingo de Mayo. Nos liamos en el segundo bar y cuando propuse seguir la fiesta en otro lugar más apartado me paró los pies, subió a su coche y se despidió con aire condescenciente.

La segunda vez que nos vimos fue un par de días después, pasamos casi toda la mañana en la esquina de un bar bastante oscuro metiéndonos mano a saco. Cuando nos despedimos no propuse nada de irnos a alguna otra parte. No lo hicimos. Por la tarde me escribió que se había quedado con ganas de más.

La tercera vez
que nos vimos fue mes y medio después. Entre medias (aprovechando una semana que me encerré para estudiar por unos exámenes) ella había conocido a otro chico y comenzaron a salir "en serio".
La cosa no les debió de ir bien así que quedamos una extraña noche de sábado de Julio, subió a mi casa, follamos tres veces y cuando ella ya se quería tapar para dormir le pedí "amablemente" que se fuera. Iba tan borracha (esa fue la principal razón por la que no me apeteció dormir con ella, estaba diciendo demasiadas estupideces) que se lo tomó a risa y salió de mi casa cantando y haciendo bromas.
Las dos semanas siguientes me propuso quedar para volver a follar pero yo no pude. Después me fui de vacaciones.

La cuarta vez
que nos vimos fue de nuevo en el bar de la segunda cita, pero esta vez no montamos ningún numerito. Era Noviembre, me dijo que acababa de conocer a un chico y estaba pensando sentar la cabeza con él. A pesar de todo nos estuvimos besando un rato y me dejó agarrarle una teta por debajo de la ropa.

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Los meses siguientes nos distanciamos, un día de la pasada primavera la vi desde el bus sentada en una terraza tomando café con un chico.

El pasado verano la saludé por whatsapp y me contó que lo suyo con aquel nuevo fichaje iba viento en popa, después soltó algunas indirectas acerca del día que la eché de mi casa... acabó despidiéndose altanera.

Hace poco buscando un contacto en la agenda del móvil reparé en su foto de perfil, sonriente junto a su nuevo amorcito vestidos ambos con ropas de esquí en un paisaje nevado. "Soy feliz, no se puede pedir más", rezaba su estado, junto a un icono besucón y otro sonriente ruborizado.

Hasta ahí bien, normal, la chica se ha echado novio y lo disfruta, cojonudo. Pero...


Esta tarde he entrado en LINE, no lo suelo usar pero quería vaciar la aplicación de tanto mensaje publicitario; el caso es que en el apartado de "amigos" se me habían agregado automáticamente una serie de contactos, o su incorporación estaba pendiente de que yo aceptase (no sé muy bien cómo funciona esa cosa)... pues bien, el caso es que uno de ellos era un tal JOSE y en la foto del perfil sale un sonriente primer plano de Carmen con su novio.

Insisto: desconozco el funcionamiento de esa aplicación, no sé si detrás de la invitación del tal "Jose" hay una explicación sencilla o toda una trama conspiranoica.

¿Qué coño hace ahí ese fulano con gafas de esquiador? ¿Año y medio después de mi última cita con su chica y un año después de la última conversación? ¿De qué va todo esto?

Puto smartphone, a veces da verdadero miedo...