lunes, 16 de febrero de 2015

"La Leyenda de SAN VALENTIN"

La semana de San Valentín en mi instituto se hacía la cosa esa de regalar flores entre los alumnos. Si mal no recuerdo se podía escoger entre tres tipos: blanca para amistad, roja para amor... y el último año introdujeron (con bastante poca aceptación, sorprendentemente) la amarilla para ODIO.

En mis cuatro años de estancia jamás recibí ninguna, tampoco regalé... pero si preguntas a conocidos de mi insti jurarán y perjurarán que sí, que compré (color rojo para más señas) a cierta chica de la clase de al lado que (supuestamente) me gustaba mucho...
Todo falso. 
Ni envié la flor ni me "gustaba" la chica, pero es cierto que Anabel y yo nos llevábamos bien y charlábamos bastante, lo cual a ojos de mis amigos resultaba ciertamente sospechoso y sirvió de punto de partida para construir el rumor que degeneraría en leyenda urbana.


Aquel recreo de San Valentín había mucho revuelo entre el sector femenino con el asunto de las flores, estaban pendientes de recibirlas y de quién más las recibía, de lo que ponía en todas las puñeteras tarjetas... una especie de GRAN HERMANA ADOLESCENTE vigilaba cada rincón, patio y pasillo del centro.

Saliendo a tomar el aire me crucé con Anabel y sus amigas, revoloteando junto a la mesa donde se gestionaba el reparto floral, estaban leyendo una tarjeta pero tenían problemas... nada más verme Anabel se acercó y me dijo: "Oye, tú sabes algo de francés ¿no? ¿Puedes traducirme lo que pone aquí?"
Agarré la tarjeta y leí: "j'aime la vie parce que ma vie c'est toi".

Recuerdo que lo primero que pensé es que ningún chico podría ser el autor de aquella nota, la caligrafía me pareció decididamente femenina, quizás fuera la típica broma pesada entre amigas... "Pues... -dije- aquí pone Yo amo la vida porque mi vida eres tú. ¿Te han enviado ésto o se lo han mandado a alguna amiga tuy...?"
Ni me dejó acabar la frase, se puso a chillar y saltar y fue corriendo de vuelta donde su grupo de amigas.

Se ve que alguno de mis colegas presenció la escena y preguntó a las chicas por el contenido de la tarjeta, sin investigar la procedencia, presuponiendo mi autoría.
El cachondeo fue brutal.
Con el paso de las semanas (incluso años) no solo fui incapaz de convencer a mis compañeros de mi "inocencia" sino que la historia fue engordando hasta límites insospechados.

En la última versión que escuché yo estaba hasta las trancas por aquella chica porque ambos íbamos a la misma academia de inglés (?), así que le copié un poema de Oscar Wilde (!) en la tarjeta, envié media docena (#) de flores rojas pero en el último momento me arrepentí y quise impedir el reparto la misma mañana de San Valentín, antes del recreo... con escasa fortuna, pues no pude evitar que le llegasen las flores y ella, más avergonzada aún por mi súbito ataque, cruzó corriendo el pasillo para encararse conmigo y mandarme a hacer gárgaras, dejándome ahí plantado como un pasmarote, con el corazón roto, encerrándome a continuación en los aseos para llorar amargamente por mi torpeza e infortunio.

En la última reunión estudiantil a la que asistí alguien sacó el tema de conversación y recordaron la historia, incluso se confundieron de chica, fue entonces cuando decidí (por una vez) colaborar en el proceso creativo.

Admití haberlo hecho (total, ¿qué más da?) y maticé algunas cuestiones: el poema era del Marqués de Sade... intenté sobornar al comité floral con doscientas pesetas para que se lo dieran en los últimos cinco minutos del recreo así pasaríamos ambos menos vergüenza... cuando ella se me acercó escupió al suelo junto a mis pies en señal de repulsa... y la semana siguiente mientras yo paseaba al perro (que nunca tuve) entré a su hermana, que era mayor, repetidora y tenía unas tetas enormes. Volví a ser rechazado, por supuesto, pero al menos esta vez no lloré...

Deseo que todos hayais pasado este 2015 un San Valentín (como mínimo) tan memorable como cualquiera de aquellos que jamás viví.
¡Ronda extra de Fanta cuenta de la casa!


12 comentarios:

Mamá, no leas dijo...

Era una fecha extraña en el instituto, aunque luego acababas recibiendo claveles de amigas o alguno que otro anónimo (¿qué sentido tiene?), demasiada floritura. Y a día de hoy creo que es incluso peor, ya no hay cutres claveles, ya no hay risitas por los pasillos, en contra hay lágrimas en rincones para algunos y sexo comprado con bombones para otros. Se nota que no soy muy fan del día, ¿verdad?

Por cierto, es una casualidad boba, pero me ha hecho gracia leer que el poema era del Marqués de Sade cuando hace un par de días compré un libro con obras suyas. ¿Ves? Una bobada, pero es curioso ;)

Mr. Rific dijo...

MAMA, NO LEAS: ahora en muchos institutos reparten flores de exóticos colores como azul, rosa..con curiosos significados aparte de los clásicos
Sobre el uso que se da a esos obsequios en plena adolescencia se podrían decir muchas cosas y pocas buenas, época cruel y torpe donde las haya :)
¿Casualidades estando el marqués de Sade por medio? Me cuesta creerlo... ;)

Mamá, no leas dijo...

Quien sabe, igual nos quiere decir algo... XD

Mr. Rific dijo...

MAMÁ NO LEAS: Mensajes ocultos o no, me alegra que en este fin de semana "dominado" por Grey y sus sombras aún haya gente que (literariamente hablando) acuda a las fuentes.
Disfruta la lectura y que te aporte una buena ración de sabiduría ;)

Elvis dijo...

Así son las habladurías. A la gente le gusta echarle imaginación al asunto y montarse sus propias películas sin pararse a medir las consecuencias.
Saludos.

Mr. Rific dijo...

ELVIS: La gente, según su grado de "maldad", desparrama que da gusto.
No obstante, en casos tan locos como éste casi es mejor que la leyenda permanezca y crezca... que jamás sea desenmascarada :)

Bubo dijo...

A mi me regalaron un cactus. Lo tuve durante diez años.

Mr. Rific dijo...

BUBO: Así es a veces el amor: resistente, punzante, áspero... pero no eterno.
Por cierto: ¿regalaban cactus en tu instituto? ¡Mola! :)

Anónimo dijo...

Gracias Mr.Rific por las fantas,por desgracia,yo no pasé un día memorable,pero espero que tú sí.
Sonia

Mr. Rific dijo...

SONIA: Confío en que tu San Valentín fuera simplemente "aburrido" en vez de "malo"... el mío fue bastante soso, casi mejor crear otra leyenda a su alrededor a ver si así sube enteros.

Pilla otra Fanta del almacén y cuenta hasta diez, ya verás como va mejorando la cosa ;)

Adler dijo...

jajajajaj vivan las leyendas urbanas, al menos cuando eres hábil y te apuntas al carro!

Mr. Rific dijo...

ADLER:Esta claro que a veces uno debe tomar el Delorean al asalto y cambiar un par de cosas antes de perder el control total de la paradoja espacio / tiempo :)
Bienvenida al blog, te ruego aceptes la tradicional Fanta cortesía de la casa.

PD: Escándalo en Bohemia es lo más.. Sea usted doblemente bienvenida.