jueves, 5 de septiembre de 2013

"LA NIÑA DE PAPÁ" (Sardinas envenenadas)

Escenario: Un camping en plena Costa Daurada.

Personajes: Mis amigos y yo (todos entre los 19 y 21 años de edad) y una familia francesa que acampa a nuestro lado.

Las incomodidades del camping eran absolutamente secundarias, todas las noches salíamos, bebíamos grandes cantidades de alcohol, nos reíamos con cualquier bobada, no nos comíamos ni un colín...

Durante el día solíamos repartirnos: unos a la playa, otros a la piscina, otros a la sala de TV para ver la etapa del Tour de Francia... creo que ahí fue donde conocimos al vecino francés, vibrando a viva voz durante la retransmisión de una cronoescalada en Pirineos.


Yo chapurreaba algo de francés así que nos pusimos a hablar. Él estaba allí pasando unos días con su mujer y su hija en una tienda de campaña que parecía una mansión. Mentiría si dijera que recuerdo su nombre (o de qué ciudad era) pero jamás olvidaré que se trataba de un tipo afable, simpático y generoso.

Sobre todo esto último, quizás demasiado.

Una tarde que mi grupo estaba reunido antes de salir pensando en qué hacíamos para cenar (cocinar algo tardando mil horas con el puto camping-gas o los clásicos bocatas) nuestro cordial vecino y su mujer aparecieron por sorpresa cargando con una enorme sartén (tamaño paellera) repleta de sardinas.

El siguiente par de días, antes de salir a comprar les preguntábamos si querían algo o si podíamos echarles una mano en lo que fuera... lo típico. La mañana del viernes, contra todo pronóstico, nos tomaron la palabra haciendo una curiosa petición.

El francés nos preguntó si íbamos a salir a dar una vuelta por el pueblo y tras contestarle que sí, que era vendredi soir y que comme d'habitude haríamos la fête... nos pidió que si por favor podríamos llevar a su hija con nosotros para que saliera algo.
Su hija de dieciséis años. Oh la lá!!!

-    -    -    -    -    -    -    -    -    -    -

¿En qué estaría pensando ese hombre? ¿Qué clase de tipo deja a su hija "para salir" en manos de un grupo de nueve desconocidos que acumulaban colillas y latas vacías de cerveza a la puerta de sus tiendas?

Cuando expliqué a mis amigos que esa noche seríamos diez y quién nos iba a acompañar... se desató un cachondeo tremendo.

Algunos protestaron por tener que hacer de "niñera"... otros me preguntaban cómo se decía tal o cual guarrada en francés, por si las moscas...

"¿Pero dónde coño la llevamos? Todas las noches empezamos con botellón en la playa, no podemos emborracharla en la primera media hora así por las buenas..."
"Yo pienso estar a mi bola, no me jodas, paso de que esa cría me corte el rollo..."


"Pues a mi me parece que la nena tiene un polvo..."
"A mi me gusta más la madre, ya podría ser ella la que se esté aburriendo y quiera marcha..."
"Eh, eh, si hay que tirársela guardemos respetuosos turnos... yo me pido primer que para eso fregué a conciencia la puta sartén de las sardinas antes de devolvérsela..."

En medio de aquellas lindezas que salían por nuestras bocas uno de mis amigos empezó a gesticular con los brazos, como si esquiara, sacudiendo la pelvis, follándose el aire... "estas francesitas seguro que saben latín, no me jodas... ¡fijo que es una cachonda!"

Al parecer, en ese preciso instante nuestro vecino francés pasó cerca de las tiendas y descubrió el pastel, presenció nuestro lado oscuro.

Un rato después vino a decirme (con cara de pocos amigos) que su hija no saldría con nosotros ni esa ni ninguna otra noche.

Sin duda fue lo mejor para todos, la pena es que tampoco hubo más sardinas.



8 comentarios:

Anónimo dijo...

Como se nota que ya estás pensando en tus merecidas vacaciones costeras... Igual te vuelves a encontrar con alguien que hable français!! :-P

maruxaina89 dijo...

Menos mal, pobre chica... ¡el destino quiso salvarla de vuestras garras!

De todas formas me pregunto...¿qué esperaba ese padre? A mí con 16 apenas me dejaban salir con los de mi edad, como para empujarme a hacerlo con un grupo de veinteañeros cargados de hormonas y cerveza... ¡Será que mi padre es muy cerrado de mente!

Pero bueno, que al final..."Ohhh....rien de rien..." :D

Mr. Rific dijo...

MARUXAINA89: Al final supongo que la cancelación de la cita fue un alivio para todas las partes.
Quizás al otro lado de los Pirineos ese tipo de cosas sean más normales, no sé, yo te aseguro que en su momento me quedé bastante flipado.
Pero las sardinas estaban tan ricas... :P

ivan dijo...

Riffic:

Me esperaba más una táctica sibilina para salir tú solo con ella

El papá se pasó de ingenuo, no fue vuestra culpa.

Un saludo

Mr. Rific dijo...

IVAN: Yo tenía diecinueve añitos, las tácticas sibilinas las pondría en práctica más adelante... aunque ahora que lo pienso a esas alturas de mi vida alguna chica ya me las había aplicado!!!

Si con su hija era tan descuidado no me gustaría ser su cartera en el metro de Madrid o Barcelona :)

Coccinellidae. dijo...

No desde luego...ese padre no tenía conciencia ninguna. Debía pensar que al estar en un país atrasado sus gentes también lo eran, jajaja!

Es que si hubiera chicas en el grupo vale, pero 9 pavos rondando la veintena...aquello era como tirarla al amazonas con la regla...acabarían con ella las pirañas o los caimanes, pero acabarían con ella.

En fin, algunos que son muy ingénuos. Pero estuvo bien lo de devolver el favor de las sardinas aunque no saliera bien jaja.

MOANA dijo...

Yo tengo parientes en París y te aseguro que para ellos no resulta nada anormal que una chica de esa edad salga con un grupo de chicos varones. Yo misma lo hice a esa edad cuando fui a pasar unos días por la boda de mi primo. Se portaron de fábula conmigo supereducados y correctos y solo hubo un "affaire" bastante inocente con un amigo de mi primo de mi misma edad. Con lo que no contaba tu vecino gabacho de camping es con la mentalidad y las hormonas desbocadas de los postadolescentes españoles de esa época jejeje...

Mr. Rific dijo...

COCCINELLIDAE.: Igual al ver que éramos aficionados al ciclismo pensó que seríamos chicos sanos y deportistas... ahora que caigo era la época en que aún no habían dado positivo dos de cada tres miembros del pelotón internacional, es comprensible su error :P

Si cierro los ojos ún puedo oler aquellas sardinas, ñam ñam!!!

MOANA: ¿Sabes? El caso es que estoy absolutamente convencido de que si finalmente la niña hubiera salido con nosotros no le habríamos tocado ni un solo pelo... de puro miedo (y corte) habríamos sido supercorrectos.
Como bien muestra la escena descrita, al más puro estilo "american pie", se nos iba toda la fuerza por la boca :)
Uff, las ganas que tengo yo de volver a Paris!!!