Las Bragas Polivalentes

Sucedió hace algunos veranos, cierta calurosa tarde a principios de Julio.
Leonor estaba el finde sóla en casa y me invitó a pasar la tarde del sábado con ella. Acabábamos de follar sobre la cama de su hermana pequeña (a saber qué razón oculta tendría para querer hacerlo precisamente en aquel cuarto) y ella correteaba en bragas de acá para allá (nerviosa, como era ella) por la casa... poniendo un disco, sacando un par de botellines de cerveza, una bolsa de patatas fritas, buscando su paquete de Nobel y el mechero, encendiendo el ordenador, trasteando su móvil...

Yo mientras permanecía tumbado boca arriba observando una infantil (y sonriente) media luna que colgaba del techo, fumando un cigarrillo.


De repente Leonor asomó la cabeza y me dijo: "hace un calor sofocante, voy a la ducha... ¿te vienes?"
Apagué el Camel, salté de la cama desnudo y seguí sus pasos por el pasillo hacia el cuarto de baño.

A pesar de no ser una ducha excesivamente amplia calculé (a ojo) que ambos cabríamos de sobra sin necesidad de estrecheces, codazos o los clásicos impactos fortuitos contra grifos, estantes, mamparas o inoportunas esquinas.
Fui yo quien dio el primer paso entrando en la bañera, a continuación ella hizo lo propio pero... para mi sorpresa, lo hizo con las bragas puestas.
Acto seguido agarró el mango de la ducha, me besó en la boca y abrió el agua apuntando directamente a mi entrepierna.

"¿No te olvidas de algo?", pregunté a Leonor agarrando una de sus caderas, metiendo el dedo en el lateral de sus braguitas blancas, estirando un poco el elástico para soltarlo un segundo después, haciendo un leve ruidito...
...pero ella empezó a reirse como si nada, mojándose entera a partir de los hombros.


Las prácticas sexuales que realizamos en aquella ducha, sinceramente, apenas las recuerdo... eso sí, jamás podré olvidar aquel instante subrrealista en que Leonor por fin se quitó las bragas y (bajo el agua) las retorció, estrujó, aplicó sobre ellas un poco de gel de baño, las frotó (un lavado a mano en toda regla)... y después se las pasó por todo el cuerpo como si se tratase de una esponja exfoliante.

(De hecho juraría que en algún momento mío de despiste me las llegó a pasar por la espalda...)

Esta mañana no pude evitar pensar en aquello, cuando medio dormido y legañoso me metí en la ducha y a punto estuve (inconscientemente) de ponerla en marcha sin haberme quitado los gayumbos... minutos después los arrojé secos (y entre risas) en la lavadora.
Y es que lo siento, pero el gel de baño que utilizo no es precisamente Wipp Express...