lunes, 25 de junio de 2012

Ventana Indiscreta

Hay varios cigarrillos que siempre me ha gustado fumar. De entre ellos quizás los dos que más sean:
1) a la salida de un baño en el mar, mientras me seco al aire...
2) a solas en mi casa minutos antes de que llegue la gente cuando organizo una fiesta, la calma antes de la tempestad...

Cierta tarde/noche de verano me encontraba yo fumando uno de estos últimos, asomado a la ventana de mi cuarto, cuando de repente en uno de los callejones del patio de abajo (que dan a la parte trasera de cierto bar de copas) asomó una chica de aspecto impresionante, parecía una modelo...




Bajé la música, dí un paso atrás para observar sin ser visto y para mi sorpresa la chica (creyéndose a salvo de indiscretas miradas) me obsequió con un inesperado show: se quitó la camiseta, el sujetador, se recogió una coleta con las tetas al aire apuntando directamente hacia mi ventana... luego se enfundó una ajustada camiseta azul de una marca de bebida, se puso una gorra de publicidad a juego, recogió sus cosas en una pequeña mochila y entró de nuevo en el local...

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Diez minutos después empezaron a llegar mis amigos y aunque la fiesta estuvo bien yo no repartí demasiado juego... aún seguía atontado bajo el hechizo de la visión de la ventana.

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Al final de la noche pasamos delante del bar de debajo de mi casa y mis colegas alucinaron cuando les propuse entrar... nunca íbamos a ese garito (no nos gustaba) y además toda la puerta estaba forrada con carteles de una fiesta de "Brugal" (y yo jamás bebo ron).

Nada más entrar la vi detrás de una pequeña barra supletoria despachando cubatas, con la camiseta marcando pezones y la gorra (a esas alturas de la noche) ya descolocada.

Me acerqué y pedí un brugal&cola... me recibió con cara de fastidio y con tono despectivo (sin apenas mirarme) gruñó: "Ya no servimos más, ¡dentro de cinco minutos recojo el tenderete y me largo!"
"¿Ah sí? -pensé- ...pues te agradezco la franqueza"



Dije a mis amigos que me esperaran allí mismo, que tenía que subir un momento a casa por tabaco, por más pasta, o lo que fuera que se me ocurriera...

"Cinco minutos", volví a pensar sin dejar de mirar el reloj mientras subía en el ascensor... aunque finalmente fueron casi diez los que tuve que esperar hasta que la antipática modelo se dignó a salir de nuevo al callejón para quitarse la camiseta azul y ponerse su ropa de civil.

Esta vez observé sus preciosas tetas sin fumar, no quería que la brasa del cigarrillo me delatara...



miércoles, 20 de junio de 2012

"La Caprichosa Camiseta Roja de Mr.Rific"

Puede sonar a chiste, pero analizándolo con detalle... el éxito y el fracaso de la selección española de fútbol (desde que yo tengo uso de razón) ha estado íntimamente ligado a mi vida sexual.

Obviaré todos aquellos campeonatos que se disputaron durante mi infancia y primera adolescencia con la única excepción de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.

La medalla de oro en fútbol prácticamente coincidió con la primera vez que compartí lecho (completamente desnudos ambos) con una chavalita de mi edad.
Hicimos unas cuantas cochinadas en plan "inocente" pero sin llegar a follar, con lo que la naturaleza de dicho encuentro sexual tuvo muchas semejanzas con aquel éxito de la selección olímpica sub-23... fue un trofeo muy bonito y celebrado pero en el mundo del fútbol nunca ha sido considerado "Caza Mayor".

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A comienzos del Mundial de 1994 conocí una chica de Palermo, estudiante de intercambio... me quedé prendado de ella y en una calurosa noche (de la que prefiero no acordarme) le tiré los trastos a lo bestia.
La bambina me rechazó de muy mala manera mostrándose bastante agresiva (llegué a esquivar una bofetada suya)... un par de semanas después Italia nos obsequió una de las eliminaciones más recordadas de siempre, con el famoso codazo de Mauro Tassotti reventando la nariz de Luis Enrique.



Desde entonces a aquella furiosa chica transalpina, entre mi grupo de amigos, se la recuerda como "La Tassotti".

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Durante la Eurocopa de 1996 estuve liado con Isabel. El torneo me pilló en plenos exámenes y apenas tenía tiempo de quedar con ella... por aquel entonces yo era bastante inocente y no sospeché nada pero por lo visto, mientras yo estudiaba, la niña se ponía las botas quedando con otro chico de su pueblo.

Una tarde me invitó a ir a su casa a ver el partido de cuartos de final que jugaba España contra Inglaterra, estaba sola y no pude evitar hacerme ilusiones, comprar condones, etc...

Nada más llegar me dio una lata de cerveza, me invitó a sentarme en el sofá y allí me contó que era preferible que dejaramos de vernos de esa manera, que mejor como amigos, etc...
Después, la muy cabrona me dijo que si quería podía quedarme a ver el partido en su casa sin problema... pero en su lugar dejé la húmeda lata de San Miguel sobre su mesita de cristal y me largué al bar donde estaban mis amigos.

Llegué de bastante mala hostia y apenas pude concentrarme ni disfrutar viendo el partido. Pero sí recuerdo que aquel día jugamos muy bien, merecimos ganar, el árbitro nos hizo la puñeta y finalmente nos eliminaron de mala manera tras una penosa tanda de penalties... el resumen perfecto de mis anteriores semanas con Isabel.

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Durante los Mundiales de 1998, 2002 y en la Eurocopa de 2000 estuve de pleno liado con estudios y (además) atravesando sendas malas rachas con el sexo opuesto.




Sin comerme ni un colín normal que la España de Clemente regresara a casa en la primera fase, Raúl fallara aquel penalty en el último minuto contra Francia y el árbitro egipcio nos atracara contra los coreanos...

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En la Eurocopa de 2004 organicé una encerrona (aprovechando la ausencia de mis padres) para que una chica viniera a ver el partido conmigo a casa, los dos solitos... ella aceptó y el plan pintaba de lujo.
Recuerdo cómo me mandó un entusiasta sms a la salida de su trabajo diciendo "¡ya estoy en camino!" lleno de iconos sonrientes... y yo emocionado preparando la mesa con la bebida y el picoteo, tras ordenar mi habitación dejándola lista para la posterior "celebración" de la victoria española.

Llegó diez minutos antes del arranque del partido, se descalzó y acomodó a mi lado en el sofá... pero de repente llamaron al portero automático.

La voz de tres inesperados amigotes retumbó en el descansillo: "Eh tío, venimos a hacerte una visita... ¡¡¡Abrenos que traemos un montón de cervezas!!!"



"¿Pero no tenéis otro sitio donde caeros muertos?", protesté, con la firme intención de no dejarles subir... pero mi amiga me hizo un gesto con la mano y susurró: "no pasa nada, que suban... ¡no vas a dejarles ahí tirados!".
Así que accedí a regañadientes.

Subieron y a pesar de ver el panorama no se cortaron un pelo... ella fue al WC un minuto antes del pitido inicial y cuando volvió le habían quitado el sitio a mi lado, tuvo que sentarse sola en una butaca lateral... mis amigos no pararon de vociferar y durante el intermedio la interrogaron/acosaron sin piedad.

Con semejante escenario, normal que esa tarde España acabara perdiendo contra Portugal, siendo eliminada contra todo pronóstico en la primera fase...

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Durante la célebre Eurocopa de 2008 mi racha sexual fue sorprendentemente positiva.
Justo antes del mítico partido contra Italia me acosté con una chica y nuestra suerte (en general) pareció que cambiaba... repetí jugada antes de la final contra Alemania y nuevamente todos los participantes en el conjuro quedamos satisfechos.
¡Campeones de Europa!

Dos años después, el día de la final del Mundial de Sudáfrica, quedé con una chica por la tarde antes de ir a ver con mis amigos el partido... con el único propósito de mentener relaciones sexuales y completar así una curiosa cábala personal iniciada semanas antes.

Y es que sería casualidad o no, pero aquel mes antes de cada partido de la selección tuve la suerte de organizar citas que acabaron en sexo... bueno, no siempre, un día no conseguí quedar con nadie y precisamente fue cuando el partido inaugural ante Suiza, la única derrota española a lo largo de todo un impecable campeonato.




Qué quieren que les diga, el caso es que no lo puedo evitar... cada vez que veo el gol de Iniesta sonrío al imaginarme esotéricamente coautor del mismo.

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Hace un par de semanas arrancó en Polonia y Ucrania la Eurocopa del 2012.
Coincidiendo con ella (ya es mala suerte) estoy atravesando cierta sequía sexual, lo cual a la vista de los más cercanos (y exitosos) antecedentes se ha visto traducido en un juego irregular por parte de la selección española y un ambiente enrarecido entre jugadores, entrenador, prensa y aficionados.

El próximo sábado juegan contra Francia el cruce de cuartos de final, me gustaría pensar que para entonces podré enfundarme la camiseta roja y quedar con alguna chica antes del partido para el tradicional conjuro erótico-victorioso, de hecho lo intentaré... pero (tras repasar mi agenda) al parecer precisamente este finde mis posibles alternativas son prácticamente nulas.

Uff, como acaben palmando...


jueves, 14 de junio de 2012

El Último Mohicano

Mi grupo de amigos varones es relativamente amplio pero (a pesar de que muchos de ellos mantenían eternos noviazgos procedentes de la adolescencia) no fue hasta el año 2005 que el primero de ellos se animó a pasar por la vicaría.

A partir de ahí se abrió la veda y una extraña fiebre se apoderó del resto: con una siniestra precisión matemática, en los años siguientes no sólo fueron contrayendo (escalonadamente) matrimonio sino que a cada enlace le sudedían los consiguientes partos como si respetaran escrupulosos turnos.

Desde el primer enlace, cada vez que se juntaban hacían quinielas sobre quién sería el próximo en casarse, el siguiente retoño, o fantaseaban con posibles despedidas de soltero... dichas tres cuestiones pasaron a constituir una soporífera "santísima trinidad" (o sota, caballo y rey) de temas recurrentes en cada reunión.
Les ponía mucho más hablar de eso que de fútbol, sexo o rock n'roll... ¡incluso cuando la cifra de ambos bandos quedó (más o menos) equilibrada intentaron celebrar partidos de solteros contra casados!

Tantas emociones juntas comenzaron a resultarme un pelín insoportables así que comencé a hacer un poco la guerra por mi cuenta, renovando la agenda y (en la medida de lo posible) rejuveneciéndola.



El año pasado asistí a la boda de uno de ellos y me di cuenta de que yo era (de entre mis amigos y conocidos) el único soltero sin compromiso... aún quedaban otros dos con idéntico estado civil pero uno vivía en pareja desde hacía años y el otro acababa de tener un niño con su novia.

De esos dos, uno ha formalizado la unión en el Registro de Parejas de Hecho y el otro se ha casado hace apenas unas semanas. Fue una boda privada y familiar que no tuvo celebración posterior abierta a amigos, aún así pudimos acudir a la iglesia para verlos dar el "sí quiero".

En la puerta del templo charlé un poquito con casi toda la cuadrilla, estaban distribuidos en dos corrillos: ellas empujando la caravana de carritos de bebé, ellos trasegando con globos, arroz, post-it y petardos... enseguida me di cuenta de que ambos grupos me miraban con cierto gesto condescendiente.
Ya no nos vemos tanto como antes y quizás ese sea mi castigo por no haber seguido su norma: convertirme (a sus ojos) en alguien sospechoso.




Durante la misa me puse detrás del todo, de pie... entre el público, más o menos cerca, se encontraba una amiga de la novia con la que me acosté un par de veces "en secreto" el mismo año que mi amigo y su (ahora) esposa empezaron a salir. Me vio y me saludó con la mano, la misma mano que a continuación agarró el tipo que se sentaba a su lado en el último banco de la fila.

A la salida de la boda felicité al novio, le di un abrazo y me largué.
"Ya es oficial -pensé, dejando atrás la última boda posible de entre mi pandilla de siempre- soy el último mohicano..."

Y tampoco pude evitar sonreir al pensar si, en su desesperación por tener una despedida de soltero, mis viejos y condescendientes amigos volverán a incluirme en sus aburridas quinielas... 


jueves, 7 de junio de 2012

JUBILEO ("Reina por un día")

Hace un par de días, justo a las tres de la tarde, recibí un sms de Ainhoa... tan sorprendente como inesperado.
Lo segundo porque hará tranquilamente cinco años (plazo en el que tengo entendido que se casó y demás) que su nombre no aparecía en la pantallita de mi móvil... y lo primero por su contenido: "si tienes una tele a mano pon Antena3, supongo que pondrán la noticia al final, yo acabo de ver las imágenes en un avance".

Seguí las instrucciones. Encendí la televisión de la cocina y me tragué todo el telediario con una sucesión de noticias a cada cual más deprimente.
"No sé qué querrá que vea -pensé, sin poder evitar sentir cierta inquietud- ¿Acaso saldrá ella? ¿Qué habrá pasado para que agarre el móvil así, tan de repente, para ponerse en contacto conmigo?"

No tardé demasiado en averiguarlo... y resultó ser algo que dibujó en mi cara una sonrisa que me duraría el resto de la tarde.



Pusieron un reportaje sobre el concierto del Jubileo de Diamante de la reina Isabel II, ante el palacio de Buckingham con la participación de un montón de legendarias estrellas del pop: Annie Lennox maravillosa luciendo alas cantando "there must be an angel (playing with my heart)", Elton John recuperado de su reciente achaque, Paul McCartney genial pero más momificado que nunca... y finalmente la razón del mensaje de Ainhoa: Stevie Wonder cantando su "happy birthday" para la reina, con la multitid asistente coreando el estribillo.

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Hace años, cierta noche de verano ella y yo acabamos en mi casa. Apenas nos conocíamos así que me pilló un poco de sorpresa cuando de repente, después de follar, miró el radiodespertador de la mesita de noche (marcaban las 23:56) y me dijo: "¿Sabes? Faltan cuatro minutos para que sea mi cumpleaños..."

Salté de la cama, fui a la cocina, agarré una magdalena del Mercadona rellena de chocolate y le planté una velita de las que guardamos en el cajón de los cubiertos... regresé a la habitación con la "minitarta" encendida, busqué en mi torre de cedés el "Song Review-A Greatest Hits Collection" de Stevie Wonder, lo introduje en la minicadena, busqué el corte número 7 y pulsé el "play"... el radiodespertador marcó 0:00 y ella se sentó en el cabecero de la cama mientras yo me puse a bailar (improvisando una coreografía delirante) completamente desnudo al son del célebre "Happy Birthday", cantando el estribillo señalando a Ainhoa con el dedo mientras ella se tapaba la cara con la sábana, muerta de risa...

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Terminó el telediario y contesté el mensaje. "Tendrás queja eh, te traté como a la mismísima Reina de Inglaterra... Ayer quizás fuera el estreno oficial pero años antes asististe al ensayo general, sin vestuario"

Su respuesta llegó media hora después: "Imposible olvidar aquello mientras viva!!! Jaja, ya quisiera la reina, mi show fue mucho mejor, cuidate ;)"