Primera hora de la tarde, caminando por la calle hacia el
curro. He salido un pelín tarde de casa, mi paso es tan acelerado como
animado mientras escucho en los cascos (a todo trapo) el último CD de
Pharrell Williams.
Adelanto a dos chicas muy rubias
de aspecto extranjero y cinco segundos después una de ellas echa a
correr y me aborda por detrás tocándome el hombro.
"Perdón -dice con acento inconfundiblemente norteamericano- ¿puede decirme usted dónde está universidad por favor?"
"¿La universidad?", me extraña la pregunta porque la facultad más cercana no podría estar más alejada de este lugar.
"Sí,
la universidad... -añade poco convencida de sus palabras en lo que su
clon rubio/albino se aproxima- puedo leer ESO en su... ahí... -señala con el dedo mi carpeta- ...Universidad, ¿no?", ambas coreografían una sonrisa tan amplia como sospechosa.
Ah,
ya caigo... mi carpeta es una de las miles que cada año reparten en las
facultades luciendo bien grande el nombre y emblema de la institución.
No obstante no tienen pinta de ser Erasmus despistadas, algo no cuadra.
"You mean... my folder?", pregunto.
"Oooh, you speak english!!! Where are you from?", pregunta la primera rubia, ambas se miran sorprendidas y sonríen aún más.
La mejor defensa es un buen ataque, decido tomar la iniciativa.
Pregunto de dónde son, "Ohio", responden a coro... sigo curioseando para que me digan cómo es que de entre todas las ciudades del mundo han podido acabar en la mía. Dicen estar aquí "en una misión" y se señalan los símbolos de las solapas.
Antes de que profundicen en su incipiente sermón lo interrumpo, confieso no estar interesado en su mensaje y les deseo que pasen un buen día... pero la primera rubia no lo deja estar, cuando hago ademán de seguir mi camino me agarra del brazo, sugiere que yo podría estar interesado en hablar inglés con alguien nativo, que ellas podrían ser la gente adecuada...
Me suelto de su garra mormona, contesto que me hago una idea de cuál sería el tema de conversación en esas reuniones... pero ellas insisten en que no, que hablaremos de lo que yo quiera.
"Empecemos ahora entonces", doy un paso adelante. Les pregunto cuánto llevan en la ciudad (recién llegadas, apenas dos días), si tienen novio (se miran mosqueadas, contestan que por supuesto que no), me ofrezco para salir con ellas si quieren, propongo que vayamos a algún bar el próximo fin de semana, que las bebidas corren por mi cuenta, les digo que me gustan, que son un tipo de chica muy poco habitual por esta zona y me siento atraido por ellas... se miran confusas, esta vez no pueden fingir, su cara es un poema... "lo que no sé es cual de las dos me gusta más la verdad, pero eso lo averiguaremos la primera noche que quedemos si no os importa, tampoco me parecería mal que fuerais vosotras quienes eligiériais..."
Reculan, se acabó eso de agarrame del brazo, quieren decir algo pero no les salen las palabras... saco el móvil y les pido el número... la primera de las rubias comienza a disculparse e improvisa excusas para seguir su camino, mi primera reacción es la de divertirme atosigándolas un poco más, no dejarlas huir tan fácilmente, pero no puedo entretenerme más tiempo...
Acepto sus disculpas, ponen pies en polvorosa y cuando una de ellas se gira para comprobar que no las estoy siguiendo agito mi mano saludando y exclamando: "Good luck with your mission!!!"
- - - - - - - - - - -
En el mes siguiente me he cruzado con ellas dos veces por la calle. La primera cambiaron de acera nada más divisarme a lo lejos.
La segunda ocasión ha sido esta misma mañana.
Ambas caminaban sonrientes con su uniforme misionero de verano, sus sandalias, etc... Cuando la más mandona me descubrió dio un ligero codazo a su compañera y agachó la cabeza; la otra me aguantó la mirada hasta que me llevé el dedo pulgar de la mano izquierda a la boca y lo chupé con gesto lascivo.
Oh mercy!!!